Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguran que la salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no significaría una catástrofe.
En la conferencia de prensa “¿Tiene futuro el TLCAN?”, Eduardo Rosales Herrera, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, señaló que la competitividad de los productos mexicanos está sustentada en los bajos salarios que perciben los trabajadores.
En este contexto más vale que el equipo negociador de México esté listo para levantarse de las mesas de negociación ante el presidente estadounidense, Donald Trump, acostumbrado a intimidar y a imponer condiciones, subrayó el académico.
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El miércoles, en un evento al estilo de la campaña presidencial en el Centro de Convenciones de Phoenix, Arizona, Donald Trump expresó que realmente no “creía” que se pudiera llegar a un acuerdo en la renegociación del TLCAN.
De inmediato, autoridades mexicanas, como el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Luis Videgaray, publicó a través de su cuenta de Twitter que “México seguirá en la mesa con serenidad, firmeza y el interés nacional por delante”.
Sin sorpresas: ya estamos en una negociación. México seguirá en la mesa con serenidad, firmeza y el interés nacional por delante.
— Luis Videgaray Caso (@LVidegaray) 23 de agosto de 2017
En contraste, Rosales dijo que un nuevo TLCAN no cambiaría las asimetrías entre ambas economías, debido a que la economía de México es 20 veces menor a la estadounidense. El equipo de negociación debería hacer una autocrítica y reconocer que no es posible seguir sacrificando al trabajador mexicanos ni “continuar con una política salarial que paga sueldos de miseria”, agregó.
Por su parte, Martín Íñiguez Ramos, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), aseguró que la migración es un tema que no está siendo tratado en la negociación, a pesar de que más de 30 millones de connacionales radican en Estados Unidos, y que en conjunto con la comunidad latina, representarían más del 14% del producto interno bruto (PIB) de ese país.
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El gobierno está más enfocado en la parte de la negociación económica, industrial, comercial y financiera, “se le olvida que la primera entrada de divisas es por las remesas”, apuntó Íñiguez Ramos.
Los negociadores mexicanos están ideologizados para llevar el acuerdo desde la agenda que pretende negociar Estados Unidos. “Nos están llevando al límite de la negociación y no demostrar una posición digna será perjudicial para México en muchos sentidos”, añadió.
Ambos académicos coincidieron en que la ruta que debe de seguir México es diversificar su comercio, disminuir la dependencia del mercado estadounidense, debido a que la economía depende entre 80 y 95% del comercio con el país del norte.
