Toledo pide cordura

En medio de la polémica que apunta hacia intereses particulares del secretario de Turismo de Oaxaca, el gobierno estatal busca construir un centro de convenciones, el cual ha sido cuestionado y rechazado por organismos ciudadanos defensores del patrimonio cultural de esa entidad.

La voz disidente del reconocido pintor Francisco Toledo es la que más fuerte se alza en el concierto de las protestas. El artista reclama cordura y orden moral al gobierno de Gabino Cué, al que se señala de pretender beneficiar a particulares con una obra que saldrá del erario estatal.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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En medio de la polémica que apunta hacia intereses particulares del secretario de Turismo de Oaxaca, el gobierno estatal busca construir un centro de convenciones, el cual ha sido cuestionado y rechazado por organismos ciudadanos defensores del patrimonio cultural de esa entidad.

La voz disidente del reconocido pintor Francisco Toledo es la que más fuerte se alza en el concierto de las protestas. El artista reclama cordura y orden moral al gobierno de Gabino Cué, al que se señala de pretender beneficiar a particulares con una obra que saldrá del erario estatal.

La polémica ha despertado no solo porque el llamado Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca se pretende construir en el Cerro del Fortín, un sitio de importancia ecológica declarado parte de la zona de amortiguamiento ambiental de Oaxaca. 

También ha sido cuestionado el conflicto de intereses del secretario de turismo, José Zorrilla de San Martín Diego, promotor de la obra, la cual tendría una inversión de casi 600 millones de pesos,  y que se busca construir en un anexo del hotel Victoria, en donde él es socio inversionista.

El Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, dijo Toledo, es una obra que no se debe permitir edificar en esa zona, no solo por el impacto ambiental que generaría al desbalancear el amortiguamiento ecológico, sino porque el lugar es muy frágil y puede desmoronarse parte del cerro.

La postura de resistencia del pintor está secundada por el Patronato Pro Conservación y Rescate del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, encabezado por el arquitecto José Márquez Pérez, quien reconoce que la obra no es acorde a la zona ni a la inversión que se ha proyectado, mucho menos a la funcionalidad del proyecto.

El argumento oficial refiere que Oaxaca requiere un centro de convenciones a la altura del desarrollo turístico de la entidad, y por ello se proyectó la obra que tendría capacidad para mil 500 personas.

Sin embargo, los opositores al proyecto destacan que en la localidad existen al menos cuatro hoteles con centros de convenciones capaces de atener cualquier congreso, convención o exposición de proyección nacional o mundial.

Márquez Pérez detalló que basta saber que el hotel Victoria, a unos metros de donde se pretende levantar la obra, tiene un centro de convenciones con capacidad para 400 personas. El hotel Fortín Plaza, en ese mismo lugar, cuenta con un centro de convenciones para mil 200 personas; el Hotel Misión Los Ángeles tiene un centro de convenciones con capacidad para mil personas, en tanto que el hotel San Felipe Misión, tiene su centro de convenciones para albergar hasta a mil 200 personas.

“No es necesario otro centro de convenciones en ese lugar”, remarcó Toledo. “A menos, claro, que haya otros intereses detrás de la ejecución de la obra, en donde destaca la afectación al patrimonio ambiental, el que desde hace mucho se comenzó a perder, aunque hoy está más acelerado”.

Otro de los argumentos oficiales sobre los que se sustenta la construcción del centro de convenciones es la rentabilidad del proyecto, pero Márquez Pérez desestimó esta conclusión. 

“Para hacer rentable el centro de convenciones pretendido se necesitarían hacer 18 congresos al año en Oaxaca. Pero a nivel nacional no hay siquiera 17 de esos eventos de talla nacional”, aseguró.

Pese a que el proyecto ha sido cuestionado, el Gobierno Federal no ha intervenido para detener la obra. Incluso la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha generado las condiciones propicias para ceder predios federales en el Cerro del Fortín a favor de la obra.

Ignoran orden del juez

Un grupo de ciudadanos inconformes por las acciones del gobierno estatal,  solicitó el amparo de la justicia y reclamó información oficial sobre la proyección de la obra para conocer el impacto ambiental. 

El gobierno estatal de Oaxaca prefirió pagar una multa de mil salarios mínimos –equivalente a 68 mil 280 pesos– antes que informar a los ciudadanos que pidieron el cese de la obra sobre los detalles de la misma. 

El juez primero de distrito de la ciudad de Oaxaca ordenó la suspensión de la obra hasta desahogar el juicio de amparo. 

Una obra ‘en lo oscurito’

Del proyecto ejecutivo para la construcción de la obra poco se sabe. A ninguno de los ciudadanos que se han acercado con el gobierno estatal para conocer del tema, se le ha permitido tener acceso a los detalles de cómo se hará y cómo funcionará el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca. Las dudas comienzan a circular entre los organismos civiles, en donde la perspicacia apunta a una maraña de beneficios particulares, donde el principal sospechoso es el secretario de Turismo, José Zorrilla de San Martín Diego.

“No sabemos cómo se va a manejar”, dijo Toledo, encogiéndose de hombros. En su rostro las dudas bailan y disparan la mirada vidriosa hacia la nada. Se abraza como si tuviera frío. Se encoge como un niño chiquito que se encuentra en el desamparo. Abre los ojos grandes para dar su conclusión: “el gobierno no ha sido nada claro con esta obra”.

No es la primea vez que una administración estatal hace obras “en lo oscurito” con beneficio para particulares. Allí está la experiencia con la fundación del millonario Alfredo Harp Helú, en donde con el aval de la federación el gobierno del estado le entregó en usufructo parte de la riqueza cultural de Oaxaca al ceder el exconvento de Santa Catalina de Siena, convertido en el hotel Quinta Real.

La entrega del Cerro del Fortín es un acto que también ha denunciado el activista social y artista plástico Markoa Vásquez, quien incluso se encuentra en huelga de hambre, cumpliendo ya 42 días sin probar alimentos sólidos. El artista ha denunciado los presuntos intereses económicos de Zorrilla de San Martín Diego a quien le ha solicitado públicamente la renuncia.

Vásquez aseguró que la construcción del Centro de Convenciones es una pantalla, pues es la obra justificante para acomodar las cuentas de la administración de Gabino Cué, las que no cuadran. “Es la justificación de un gasto millonario que se gastó y no se aplicó a los renglones que se debía. El más claro ejemplo es la suspensión de los servicios de salud en el hospital de la niñez”.

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