Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de la República.
En un contexto de protesta, el priista arribó al Palacio Legislativo de San Lázaro para recibir de manos de Felipe Calderón la banda presidencial y jurar como primer mandatario de la República.
A su llegada, alrededor de las 11:00 horas, el priista fue recibido por los legisladores de izquierda con pancartas y gritos de “Monex, Monex”, en relación al caso de las tarjetas con las que, se presume, ganó la elección presidencial e incluso, a su paso, le arrojaron un fajo de billetes.
Mientras tanto, diputadas priistas, distinguidas con chalinas de color rojo, se erigieron como muralla y cerraron filas para evitar que los opositores avanzaran hacia la tribuna.
Al frente, el mandatario saliente, Felipe Calderón, se quitó la banda presidencial, la besó, y la puso en manos del titular de la mesa directiva, Jesús Murillo Karam quien, a su vez, la entregó a Peña Nieto.
“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido”, fueron sus palabras.
Posteriormente, se entonó el himno nacional pero la pista musical se empalmó con la marcha que se pone a las escoltas militares para entrega de banderas, lo que confundió a legisladores e invitados.
Finalmente las comisiones designadas para acompañar a Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón los condujeron a la salida.
Afuera, desde las seis de la mañana, las calles aledañas al Palacio Legislativo estaban convertidas en un campo de batalla.
Integrantes del movimiento Yo Soy 132 y otros inconformes se enfrentaron con palos y piedras a elementos de la Policía Federal quienes, en respuesta, trataron de frenarlos con chorros de agua y gases lacrimógenos.
Los manifestantes, tomaron un camión de volteo y lo condujeron contra las vallas metálicas instaladas por el Estado Mayor Presidencial.
Hasta el momento, son más de 20 los lesionados por estos enfrentamientos. Uno de ellos, se encuentra grave con traumatismo craneoencefálico.
Su nombre es Carlos Valdivia, de 25 años de edad y, antes de conocer el diagnóstico médico, el diputado de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, lo dio por muerto, durante su intervención en tribuna, en representación de su partido:
“Carlos Valdivia es el primer asesinato político, recientemente muerto, hace unos minutos por soldados con una bala de goma y gases lacrimógenos”, afirmó.
El anunció dejó helados a muchos.
Sin embargo versiones oficiales afirmaron que el manifestante se encuentra grave con traumatismo craneoencefálico.
Los partidos políticos tuvieron derecho a 10 minutos de intervención antes de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto.
Al momento de fijar posicionamiento las diversas bancadas, por parte del PAN, Francisco Domínguez Servién, aseguró que dejaban un país con una buena situación económica la cual tiene que mantener el PRI.
Miguel Barbosa coordinador de Senadores del PRD, dijo que su partido ejercerá una oposición firme y responsable sin permitir el regreso al pasado o a acciones en contra del pueblo mexicano como la privatización de PEMEX o el IVA en alimentos y medicinas.
Por parte de los priistas subió a tribuna Heriberto Galindo, quien evocó los viejos discursos del tricolor sobre la grandeza de México.
