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Los espectáculos taurinos han dejado sin vida a cientos de toros y novillos en sus ediciones celebradas en la ciudad de Guadalajara en los últimos años, pese a ser ampliamente cuestionados por organizaciones defensoras de los derechos de los animales al considerarlos maltrato.
De acuerdo con registros obtenidos del Gobierno municipal de Guadalajara, durante las dos administraciones pasadas encabezadas por los exalcaldes Ramiro Hernández García, del Partido Revolucionario Institucional (PRI); y Enrique Alfaro Ramírez, del Movimiento Ciudadano (MC), la llamada “fiesta brava” le quitó la vida a 554 animales, de los cuales 351 fueron toros de lidia y 203 únicamente novillos.
En el periodo que gobernó Hernández García –de octubre de 2012 a septiembre de 2015– el gobierno de Guadalajara autorizó 62 espectáculos taurinos, de los cuales 30 fueron corridas de toros, 22 novilladas y 10 festivales similares. Para todos estos eventos se necesitaron 379 animales, de los cuales a 316 se les mató.
Más a detalle, durante esa administración municipal la fiesta brava requirió de 189 toros de lidia y a todos se les dio muerte; también utilizó 139 novillos de los cuales a 127 fueron sacrificados en el ruedo. De igual forma, el gobierno facilitó 45 erales y seis becerros, pero a todos ellos se les permitió seguir viviendo.
Por su parte, en la administración para la que fue electo Alfaro Ramírez –de octubre de 2015 a septiembre de 2018– las autoridades tapatías autorizaron 48 eventos taurinos, de los cuales 28 fueron corridas de toros, 13 novilladas, cinco festivales similares y dos actos por el Día del Novillero. Todos estos espectáculos utilizaron a 284 animales de los cuales a 238 se les sacrificó.
De forma más específica, durante los eventos taurinos autorizados por la gestión municipal del MC se utilizaron 166 bestias de lidia, de las cuales 162 perdieron la vida; requirieron también de 76 novillos y a todos se les mató. Finalmente, Alfaro Ramírez autorizó 42 erales pero ninguno murió, todo según el informe obtenido con el recurso de revisión 1599-18.
Animales utilizados en la fiesta brava en Guadalajara
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Fuente. Gobierno de Guadalajara
La postura favorable que guarda el gobierno local con respecto a la realización de los espectáculos taurinos –pese a que en ellos se les quita la vida a animales por mero entretenimiento– contrasta con la que ha asumido frente a las calandrias, que son los carros turísticos tirados por caballos que prohibió terminantemente por considerarlos maltrato animal.
En 2017 el gobierno de Guadalajara determinó prohibir las calandrias y sustituirlas gradualmente por carros eléctricos con publicidad. Posteriormente, en un comunicado oficial del 27 de julio de 2018 justificó su oposición en este tema
Llama la atención, por ello, que esa explotación y sufrimiento animal y ese lucro de unos cuantos que el gobierno tapatío dice observar en la actividad de las calandrias no los encuentre en los espectáculos taurinos, a pesar de que éstos han sacrificado deliberadamente a más de 500 animales en la ciudad desde el año 2012, bajo la anuencia de esa autoridad.
Además, la prohibición de las calandrias se concretó pese a opiniones como la de Rubén Anguiano Estrella, catedrático de la Universidad de Guadalajara reconocido por su alta especialización en el estudio de los equinos, quien se opone a considerar el tiro de esos carros como maltrato animal.
“Yo no soy partidario de que se vea esta situación como un maltrato (…) no es un trabajo tan excesivo; el caballo por naturaleza es atlético y el tipo de caballos que tienen ahí pues son caballos con una naturaleza genética y biológicamente hechos para trabajar”.
Evento exitoso
De las 30 corridas de toros que se autorizaron en Guadalajara durante la administración del exalcalde Hernández García, en 28 de ellas existen datos sobre la cantidad de espectadores que asistieron a las mismas, arrojando un total de 111 mil 671 personas; con un promedio de 3 mil 988 asistentes por evento –el más exitoso de ellos registró 10 mil 610 entradas.
Por su parte, con Alfaro Ramírez, de las 28 corridas que autorizó su administración se sabe que 26 de ellas sumaron en total 115 mil 722 asistentes, con un promedio de aforo de 4 mil 451 por evento –y un máximo de 8 mil 355 en un sólo espectáculo.
De acuerdo con el Reglamento Taurino de Guadalajara, el alcalde tapatío está siempre representado en cada una de las corridas de toros que se celebran en la ciudad, a través de la figura del juez de plaza, que asume facultades que originalmente le corresponden al munícipe.
Al juez de plaza, quien tiene entre sus atribuciones presidir el festejo de cada corrida, el reglamento le da carácter de autoridad municipal y es designado, además, por el propio alcalde a través de un contrato de honorarios.
Muestra de ello es el artículo 129 sobre las facultades y obligaciones del juez de plaza, que indica el mismo documento en la fracción XV: “asistir a los festivales taurinos y demás eventos que, bajo cualquier característica, estén relacionados con el arte taurino y ejercer durante los mismos, las atribuciones que le corresponden legal y reglamentariamente como autoridad municipal”.