Los petroleros y su paraíso
En el sindicato petrolero no conocen palabras como austeridad o crisis económica.
A pesar de que Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una de sus épocas más adversas, con una producción disminuida, bajos precios del crudo y el alza en el robo de combustibles, cada año paga a la cúpula sindical millones de pesos para financiar sus actividades y la vida de sus líderes.
Imelda García
En el sindicato petrolero no conocen palabras como austeridad o crisis económica.
A pesar de que Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una de sus épocas más adversas, con una producción disminuida, bajos precios del crudo y el alza en el robo de combustibles, cada año paga a la cúpula sindical millones de pesos para financiar sus actividades y la vida de sus líderes.
El Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) 2017-2019, firmado apenas el mes pasado entre Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), establece todas las prestaciones y beneficios que poseen no solo los trabajadores de la empresa, sino quienes representan al gremio, uno de los más poderosos del país.
Los cabecillas del sindicato, liderado desde hace 24 años por Carlos Romero Deschamps –también senador por el PRI-, reciben una bolsa millonaria de recursos para “viáticos, transporte y gastos conexos” de los que nadie sabe su destino final.
Por si fuera poco, Pemex debe darle al Sindicato préstamos a cuenta de cuotas sindicales; boletos de avión y viáticos para que sus líderes y trabajadores comisionados viajen a las asambleas; y millones de pesos al año para mantener sus actividades.
Ajenos a la adversa situación económica que enfrentan el país y la empresa, la cúpula de los petroleros mexicanos continúa viviendo en un esplendor difícil de sostener.
Romero Deschamps ha sido cuestionado en múltiples ocasiones por su nivel de vida millonario, que no concuerda con sus ingresos como trabajador petrolero ni como político priista.
Los trabajadores sindicalizados tienen acceso a prestaciones de ensueño. Cirugías plásticas y atención médica casi sin límite, médico a domicilio, préstamos sin cobro de intereses, primas vacacionales del 200 por ciento de su salario, lavado de ropa, gasolina y gas gratis y hasta un bono por mantenerse delgado, son algunos de los beneficios a los que tienen derecho los empleados sindicalizados de Pemex.
Petróleos Mexicanos tiene en sus filas a 104 mil trabajadores, lo que la convierte en una de las petroleras estatales con más empleados a nivel internacional.
Sin embargo, no todo es perfecto en el paraíso de los petroleros. En meses recientes han enfrentado despidos masivos que han dejado a comunidades enteras en crisis porque dependían principalmente del ingreso de estos trabajadores.
Un informe de Pemex señala que, a junio de este año, ha recortado a 22 mil 190 trabajadores sindicalizados. Aun así y aunque se ha prometido una mayor austeridad en el ejercicio del gasto, las prestaciones de los trabajadores y de la cúpula sindical parecen un barril sin fondo.
Cúpula de privilegios
El Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana recibe anualmente millones de pesos no solo para el desarrollo de sus actividades, sino como parte del paquete de prestaciones acordadas con Pemex.
En el nuevo contrato bianual que rige las relaciones laborales de la empresa con sus trabajadores entre el 1 de agosto de 2017 y el 31 de julio del 2019, se estipula que Pemex debe entregar 7 millones 865 mil 200 pesos al Comité Ejecutivo General del sindicato “para gastos de administración, operación y mantenimiento de sus instalaciones y transporte de sus integrantes”.
Este dinero se suma a lo que Pemex se compromete a dar a los miembros de la cúpula sindical.
“El patrón pagará los salarios y prestaciones, viáticos, ayuda para transporte y gastos conexos foráneos a 73 funcionarios del Comité Ejecutivo General que incluye asesores sindicales y Consejo General de Vigilancia, 90 integrantes de las comisiones nacionales mixtas señaladas en este contrato, 158 comisionados nacionales y 12 comisionados adscritos directamente a las órdenes del Secretario General del STPRM”, señala el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) en su cláusula 251.
Y no solo a ellos, sino a una serie de comisionados y funcionarios sindicales en todo el país.
Sin embargo, por ningún lado se establece que el gasto de ese recurso debe comprobarse. Es para el pago de “viáticos, transporte y gastos conexos” de estos personajes. Una bolsa millonaria de recursos que van directamente a los bolsillos de los funcionarios sindicales VIP y los comisionados sindicales.
Está, además, el recurso que recibe de sus trabajadores, una cifra que nadie conoce –al ser aportaciones de sus propios agremiados, el sindicato no tiene obligación de hacer pública esa información-.
En otras palabras: el sindicato petrolero administra y gasta con total discrecionalidad el dinero que entra a sus arcas.
En el CCT se estipula que Pemex es quien retiene las cuotas sindicales de los trabajadores y las entrega directamente al tesorero del sindicato, cargo que actualmente ocupa Manuel Limón Hernández.
Limón Hernández fue investigado por el caso Pemexgate en el año 2002, cuando era dirigente de la sección 10 del STPRM con sede en Minatitlán, Veracruz.
El Pemexgate se refiere al escándalo político que se desató luego de la elección presidencial del año 2000, cuando se descubrió el desvío de millones de pesos del STPRM para financiar la campaña del candidato priista a la presidencia, Francisco Labastida.
En su cláusula 246, el CCT establece que Pemex puede dar préstamos al sindicato petrolero a cuenta de las cuotas que retiene de los trabajadores.
Además, el contrato especifica que la empresa está obligada a retener y cobrar otras aportaciones de los trabajadores, como el fondo de ahorro, y entregarlas después al sindicato.
Pemex está obligado también a proporcionar “sin costo alguno, a las secciones o delegaciones del sindicato que tengan 20 o más miembros, un local con servicios de luz, agua y teléfono, para que desarrollen sus actividades sindicales y sociales, si dichos organismos no disponen del lugar adecuado”, señala la cláusula 159.
Por si fuera poco, la empresa productiva del Estado debe pagar sueldos, gastos y pasajes redondos a los funcionarios sindicales y a las personas que sean designadas para participar en las convenciones del gremio.
Al terminar esta comisión sindical, los funcionarios sindicales y los trabajadores comisionados tendrán vacaciones y Pemex les tendrá que pagar una compensación de 45 días de salario.
El “patrón”, como se le denomina a Pemex en el texto del CCT, también debe pagar gastos de viáticos y transporte a los funcionarios sindicales, quienes pueden solicitar préstamos a la empresa hasta por 12 meses de esta ayuda.
Paraíso petrolero
Algunos de los beneficios a los que tienen derecho los empleados sindicalizados de Pemex son:
> Atención médica casi sin límite
> Prestamos sin cobro de intereses
> Primas vacacionales del 200 por ciento de su salario
> Médico a domicilio y medicamentos de patente
> Bono por mantenerse delgado
> Lavado de ropa
> Gasolina y gas gratis
Prestaciones de ensueño
Los trabajadores petroleros sindicalizados tienen una serie de prestaciones que los vuelven uno de los sectores más privilegiados del país.
A pesar de que en la firma del CCT anterior, que rigió las relaciones laborales entre el 2015 y el 2017, se redujeron algunos beneficios –como el paso de los nuevos trabajadores al esquema de ahorro para el retiro, en vez del régimen de pensiones-, las prestaciones de los empleados sindicalizados de Pemex son un oasis en el desierto.
Los trabajadores sindicalizados de Petróleos Mexicanos reciben cierta cantidad de gasolina y gas doméstico gratis, como parte de los beneficios “por concepto de venta de los productos que elabora”.
Sin embargo, en la versión pública del CCT 2017-2019 se omitió transparentar las cantidades a las que serán acreedores los trabajadores.
En periodos anteriores, esta prestación incluía la venta de mil litros de gasolina y seis litros de aceite automotriz a mitad de precio y el pago mensual total de 135 kilos de gas doméstico.
Además, los empleados sindicalizados reciben 3 mil 577 pesos mensuales como ayuda para la compra de despensa; y la empresa está obligada a brindarles cuartos o viviendas que les renta en 100 pesos mensuales, haciéndose cargo de todo el mantenimiento de los inmuebles.
Otra obligación de Pemex es dar uniformes cada dos meses y calzado cada seis, además de lavar y planchar la ropa de trabajo.
“Si el patrón no se encarga del lavado, planchado y reparación de la ropa de trabajo, cubrirá a los trabajadores sindicalizados la suma de $2.85 diario”, establece la cláusula 73.
Los servicios de salud con que cuentan los trabajadores sindicalizados son casi ilimitados; se establece que solo pueden darse medicamentos de patente.
Incluyen hasta cirugía plástica y reconstructiva, servicios dentales, ortodoncia, ortopedia, tratamiento de enfermedades mentales y otras muchas coberturas para ellos y sus dependientes. Incluso, si alguno de ellos no puede acudir a la consulta a la clínica o al hospital, los médicos deben ir a su casa.
Si un trabajador es enviado para una revisión médica o tratamiento fuera de su comunidad, el patrón no solo debe continuar pagando su salario íntegro, sino debe pagar los pasajes, viáticos y hospedaje de la persona enferma.
La cobertura de salud incluye hasta el tratamiento de adicciones, con goce de sueldo.
“Se proporcionará la atención a los trabajadores enfermos alcohólicos y/o adictos a drogas, con enfoque netamente preventivo y de rehabilitación, a través de los servicios de psiquiatría del patrón y a juicio de éste, se canalizarán para tratamiento residencial o ambulatorio a instituciones especializadas de reconocido prestigio; otorgándoles para el tratamiento residencial un permiso especial por el lapso que el médico del patrón determine, con goce de salario y prestaciones, este beneficio se otorgará por única vez”, se asienta en la cláusula 99.
Por si fuera poco, los trabajadores que no tengan sobrepeso u obesidad y que mantengan esta condición, o quienes disminuyan su peso corporal en un 10 por ciento, reciben un bono anual de 5 mil 300 pesos.
En caso del fallecimiento de un trabajador, se otorga a su familia el importe de 140 días de salario, además de todas las otras prestaciones a las que tienen derecho.
El permiso de maternidad es de 45 días previos al parto y 60 días posteriores, en los que la trabajadora continuará percibiendo íntegro su salario y prestaciones.
El periodo de vacaciones mínimo de trabajadores que tienen de uno a cinco años trabajando en Pemex es de 25 días; la prima vacacional es del 200 por ciento de su salario tabulado.
Reciben un aguinaldo de 60 días; y aunque les retienen el 5 por ciento de su salario, el patrón aporta el 30 por ciento de éste para el fondo de ahorro.
Además, pueden pedir a la empresa un préstamo por hasta 90 días de sus salario, que Pemex podrá cobrar en un plazo de 24 meses sin intereses.
Si se cambia a un empleado de lugar de trabajo, la empresa debe hacerse cargo de los gastos de transportación y hasta de la mudanza de sus pertenencias, además de dar un permiso con goce de sueldo para que el empleado pueda hacer sus diligencias antes de mudarse.
Pemex está obligado a brindar instalaciones deportivas para que los trabajadores puedan practicar algún deporte, que van desde ajedrez, futbol, volibol de playa, tai chi, entre muchas otras disciplinas.
No solo eso. Además, debe dar a los trabajadores los uniformes y todo el equipo para que puedan llevar a cabo estas actividades, así que la empresa debe comprar desde las pelotas de béisbol hasta los trajes de baño de quienes practican volibol de playa.
Algunas prestaciones parecerían sui generis. Por ejemplo, la que pide no solo agua potable, sino “helada”: “El patrón proporcionará agua potable helada a los tripulantes, en depósitos, filtros o bebederos adecuados y con la cantidad suficiente de vasos higiénicos”, establece la cláusula 221, para quienes hacen trabajos en embarcaciones.
Otros beneficios
Los trabajadores petroleros cuentan con otros beneficios que superan las expectativas de cualquier otro trabajador “normal”.
Los empleados sindicalizados pueden crear empresas para vender servicios a Pemex que no hagan sus propios trabajadores.
Una cláusula del CCT señala que si los trabajadores utilizan herramientas de su propiedad para trabajar, Pemex debe recompensarles.
“Los trabajadores no utilizarán herramientas propias, a menos que el patrón los autorice por escrito y pagará como compensación un 50% adicional del salario ordinario”, dice la cláusula 176.
El pago por los accidentes y las multas de tránsito deben ser cubiertos por Pemex y si el percance fuera mayor, la empresa debe defender a su trabajador con su equipo legal.
Incluso, la empresa debe pagar la licencia de conducir de sus empleados que manejan algún vehículo.
Si un trabajador fallece como consecuencia de un riesgo de trabajo, Pemex debe pagar a sus deudos una indemnización de 5 mil días de su salario ordinario.
Además, si cualquier trabajador decide postularse para ocupar un cargo público, puede gozar de un permiso de seis años –renovable hasta por otro periodo igual-, sin salario, prestaciones ni reconocimiento de antigüedad, pero con la certeza de que al concluir su labor será reinstalado en su puesto de trabajo.