El senador Emilio Álvarez Icaza Longoria calificó como “absolutamente vergonzoso” que la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, haya presionado a la Secretaría de Gobernación para que, junto con el Comité ¡Eureka!, fueran incluidos en el proyecto de la Cuarta Transformación y consolidar sus proyectos personales de crear una “Comisión de la Verdad” para atender casos de la Guerra Sucia.
Previo a llegar a la presidencia de la CNDH, la activista reclamó un espacio para incrustar al Comité ¡Eureka! en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; lo cual, al presionar a la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y al subsecretario de Derechos Humanos de esa dependencia, Alejandro Encinas, ganó.
Al respecto, el senador sin partido, dice que es vergonzoso con la historia, con la trayectoria, con la herencia de Rosario Ibarra de Piedra, que su hija haya aceptado la designación de titular de la CNDH en medio de la inconstitucionalidad y jaloneos.
“Pero, más vergonzoso, por si eso no fuera suficiente, el desempeño que ha hecho hasta el momento”, expone.
Álvarez Icaza, secretario de la Comisión de Derechos Humanos en el Senado, resaltó que la presión a la Segob para reclamar espacios en la 4T es una especie de confesión de parte del sentido de sus labores en la CNDH.
“Lo que Rosario Piedra claramente hizo fue un papel de defensora del Gobierno, de partícipe de un proyecto político y no de un rol de defensa de víctimas de violaciones a los derechos humanos, traicionando a su propia historia”.
¡Vivos se los llevaron…!
Hace 43 años, las madres de los desaparecidos por la “Guerra Sucia” saltaron a la vista con la primera huelga de hambre, el 28 de agosto de 1978, en el atrio de la Catedral Metropolitana.
Corría el sexenio de José López Portillo, fueron cuatro días de huelga y terminó porque se acercaba la fecha del Segundo Informe Presidencial y la presión política desde la Segob fue intensa.
Desde ese histórico momento, Rosario Ibarra de Piedra y las “Doñas”, como se les conoce a las activistas del Comité ¡Eureka! hasta la actualidad, conmemoran esa fecha.