Transformar a la banca
El sistema financiero en México se encuentra rezagado ya que más de la mitad de la población no puede acceder a sus servicios, sin embargo, los dispositivos móviles y el internet pueden convertirse en el mejor aliado para llegar a las poblaciones donde la brecha es más grande y así revertir esta problemática
Nayeli Meza y Viviana Bran[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_r31r8ppp” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /]
Millones de mexicanos están excluidos del sistema financiero. Aunque se han impulsado políticas nacionales para integrarlos, los esfuerzos son insuficientes para cerrar la brecha en un país donde más de la mitad de la población no puede acceder a alguna clase de servicio de ahorro o crédito.
Aproximadamente 53 por ciento de los adultos en México no están bancarizados, de acuerdo con la novena edición del Reporte Nacional de Inclusión Financiera (RNIF) realizado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
El caso de México no es aislado, esta problemática se extiende en todo el mundo. Alrededor de dos mil 500 millones de personas tienen la puerta cerrada a este tipo de servicios financieros, incluyendo al 80 por ciento de aquellos que viven con menos de 2 dólares al día (38.74 pesos al tipo de cambio actual).
Tener una cuenta de transacciones es el primer paso hacia una penetración más amplia, ya que este instrumento permite guardar dinero, así como enviar y recibir pagos.
Otro de los factores que socava la brecha es que la percepción de los bancos entre las personas no es favorable.
Un análisis elaborado por la empresa dedicada a la investigación Parametría muestra que 53 por ciento de la población mexicana desconfía de estas instituciones, en contraste con 44 que confía mucho o algo en ellas.
Mario Di Costanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), asegura que en innovación, la banca mexicana se encuentra al mismo nivel que otros países en el mundo.
Sin embargo, la mayor diferencia es que se enfrenta a tres desafíos fundamentales: la ciberseguridad de los usuarios ante la participación cada vez mayor de la tecnología; más procesos digitales no se traducen en una reducción en el número de comisiones, y se deben redoblar esfuerzos en la penetración del crédito.
“La tecnología debería reflejar una mejoría en los servicios que ofrecen las instituciones financieras, pero esto no ocurre. Esto es consecuencia, en parte, de que las autoridades han sido consecuentes durante años con las acciones de los bancos al permitirles otorgar servicios sólo a unos cuantos y con altos costos que no están al alcance de la población más desfavorecida”, agrega Di Costanzo.
Cambiar el papel por el plástico
El Banco de México (Banxico) quiere inclinar la balanza apoyándose de la plataforma electrónica de Cobro Digital (CoDi), que también cuenta con el respaldo del Gobierno federal.
El sistema está basado en transferencias a través de código QR, cuyo objetivo principal es reducir el uso de efectivo entre los mexicanos.
Anteriormente se han promovido iniciativas similares sin mucho éxito, pero en este momento la mayor oportunidad que se le presenta a la entidad monetaria es que cada vez los mexicanos utilizan más los smartphones como su banco personal.
Al cierre de junio de 2017, en el sector de banca múltiple existían 13 millones de cuentas que tenían asignado un teléfono celular como medio para realizar transacciones, cifra que representó un crecimiento de 43 por ciento anual, revela la última edición del RNIF.
El as bajo la manga de Banxico es la penetración de los celulares inteligentes que va en aumento en territorio nacional.
La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2017 refiere que aproximadamente 72.2 por ciento de la población de seis años o más utiliza el teléfono celular, esto quiere decir que ocho de cada diez personan disponen de un celular inteligente, con lo cual tienen la posibilidad de conectarse a internet.
Ángel Méndez, especialista de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, opina que la banca es un ente que debe estar en constante evolución en función de lo que el mercado le está demandando. En este momento se está migrando hacia la digitalización de los procesos, pero los esfuerzos aún no son suficientes para poder conectar a todos los mexicanos.
El músculo tecnológico
La tecnología le está pisando los talones a la banca mexicana. Algunos de los bancos más importantes del país aún se resisten al cambio, pues no han cedido a la implementación de herramientas digitales que les permitan adaptarse a las exigencias que trae consigo el siglo XXI y que, de no hacerlo, generaría severos problemas.
Las empresas Fintech han cambiado el paradigma financiero con su innovador sistema digital gracias a que abrieron la competencia directa a un sector dominado por 51 instituciones en operación (la banca múltiple), cuya su cartera total de crédito alcanzó un saldo de 4 billones 978 mil millones de pesos al cierre del primer semestre de 2018, según la CNBV.
Dos de los factores más importantes que han influido en el crecimiento de estos negocios, son que ofrecen comisiones más bajas que los bancos convencionales y llegan a un sector de la población que no tenía la oportunidad de acceder a una cuenta bancaria.
Los seis principales segmentos en los cuales están generando mayor interacción son: pagos y remesas; préstamos; gestión de finanzas empresariales; gestión de finanzas personales; crowdfunding, y tecnologías empresariales para instituciones financieras, en pocas palabras, lo mismo que puede ofrecer un banco sólo que sus servicios son a través de plataformas digitales y resultan ser más económicos.
Mientras tanto, la banca ha contribuido al descontento de los mexicanos, no sólo por las altas comisiones que maneja en sus servicios o el tiempo que se invierte para llevar a cabo un trámite, sino porque además se han convertido en espacios que ponen en duda la seguridad de los ingresos que resguarda la población, ya que Banxico el año pasado reportó la pérdida de millones de dólares por los diversos ataques cibernéticos que sufrió el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI).
Crecimiento conjunto
De adaptarse la banca tradicional a las estrategias que implementan las fintech, los bancos mejorarían su eficiencia, adoptarían plataformas innovadoras y aplicaciones, que se traduciría en menores costos operativos, más ingresos por la creación de nuevas cuentas y al mismo tiempo estarían diversificando su cartera de clientes.
Carlos Estrada, encargado de seguridad cibernética en Vestiga Consultores, asegura que la única solución para que la banca en México no desaparezca es que dé ese paso digital que le permita innovar y facilitar el servicio a los tarjetahabientes.
“Las fintech son ideales para agilizar los procesos y sus métodos le darían a la banca el impulso que necesita para su transformación digital, al dar más facilidades para que las personas que fueron exluidas puedan acceder a una cuenta”, expresa el también integrante del Comité Financiero de la Cámara Británica de Comercio.
Dentro de los clientes también están aquellos que se encuentran dentro de la informalidad y que tampoco cuentan con un producto financiero, ya que las instituciones les piden una serie de documentos que muchas veces resultan en un proceso largo y que no garantizan la apertura de una cuenta.
En principio porque en México estas medidas de seguridad aún no están bien definidas, además de que para garantizarla se requerirían 350 mil ingenieros expertos en computación que puedan prevenir ataques y robos en la red, mismos con los que México actualmente no cuenta.
Los cambios de la 4T
El 8 de noviembre de 2018, Morena presentó ante el Senado una iniciativa para prohibir a 51 bancos el cobro de hasta 12 comisiones por considerarlas excesivas, entre las que destacaron anualidad de tarjetas de crédito, retiro de efectivo de las tarjetas de crédito y transferencias interbancarias.
La propuesta dividió opiniones entre especialistas que defienden esta tarifa y los que consideran que es justo que se regulen, ya que significan 30 por ciento de los ingresos totales del sector, de acuerdo con estimaciones de Condusef.
El anuncio provocó que las acciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se desplomaran 5.81 por ciento, su mayor caída desde agosto de 2011.
En respuesta, la calificadora Moody’s refirió en un reporte que la eliminación de las comisiones bancarias es negativa para efectos crediticios de los bancos mexicanos porque se afectaría su rentabilidad.
En el análisis, la agencia crediticia detalló que en Brasil los ingresos netos por comisiones son de 37 por ciento; mientras que en México es muy similar al de Chile, Perú y Colombia, con un nivel de 17 por ciento.
Ángel Méndez, especialista de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, comenta que las instituciones financieras que forman parte del sistema en México tienen gastos operativos y como cualquier otra empresa buscan un retorno de su inversión por ofrecer un servicio.
“El tener un cajero o una sucursal implica que los tarjetahabientes deben pagar hasta cierto punto por su mantenimiento, pero los bancos tampoco pueden caer en abusos porque afectan la estabilidad de sus clientes, el costo de recuperación debe ser competitivo para el mercado nacional e internacional”, manifiesta el académico.
Aunque en su momento la propuesta de las comisiones bancarias se mandó a la congeladora, la bancada morenista alista una reforma que busca crear un nuevo sistema financiero al modificar una serie de leyes y artículos.
La columna vertebral del documento, que se espera avance al pleno del Senado durante la próxima semana, es dar una mayor claridad y transparencia a la totalidad de las comisiones por los servicios que ofrecen los bancos a sus clientes.
Para conocer a detalle las tarifas bancarias se incluye un esquema que asegure que los usuarios puedan elegir los productos que les ofrezcan las mejores condiciones, otro de los cambios sugeridos es que se pueda facilitar la portabilidad de las cuentas entre bancos.
Además, la iniciativa incluye una serie de propuestas que, de aprobarse, permitirán alcanzar el objetivo central de promover la inclusión financiera de la población que aún se encuentra excluida de los beneficios que ofrece la banca tradicional.
Morena también se ha propuesto asegurar una política económica que garantice una justa distribución del ingreso y la riqueza, así como brindar mayor seguridad a los pequeños actores del sistema financiero
El partido asegura que el texto cuenta con el respaldo y suma el trabajo de la Condusef, Banxico y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Como expresidente de la Condusef, Mario Di Costanzo es contundente al cuestionar dicha medida, pues asegura que antes de pensar en un nuevo sistema, primero se deben atender los segmentos que están más olvidados.
La reactivación de la banca de desarrollo tiene que empezar con erradicar la discriminación que existe hacia otras instituciones financieras, ya que esto acentúa el oligopolio de unos cuantos.
Un punto de partida es que Grupo Financiero Mifel podría llevar la tesorería de Pemex, pero el gobierno prefiere que los grandes bancos se encarguen, cuando esto no necesariamente es más sano.