Tras las pistas de Wendy, desaparecida de 2021
En México más de 20 mil mujeres están desaparecidas. Expertos aseguran que el país aún no cuenta con una estrategia eficaz para proteger la integridad de esta población y así evitar que el número de víctimas siga en aumento
Montserrat SánchezPor más de diez días la familia de Wendy Sánchez espera que vuelva a casa. Con el lema #TeBuscamosWendy, su hermano invade las redes sociales con la esperanza de tener alguna pista que lo lleve a dar con su paradero.
El 9 de enero, Wendy subió a su camioneta Jeep Cherokee 2015 color blanco. Salió de su domicilio en San Pancho, Nayarit, y se dirigía a Guadalajara, Jalisco, para visitar a sus padres. Sin embargo, su familia perdió contacto con ella un par de horas después de avisar que ya iba en camino.
Ante la denuncia de la familia, la Fiscalía de Nayarit informó que se activó el Protocolo Alba para mujeres desaparecidas y pidió la colaboración de la ciudadanía.
Con una ficha de búsqueda y una fotografía, se describe a Wendy Sánchez Muñoz como una mujer de 33 años, de 1.63 metros de estatura, de complexión mediana, ojos marrones, tez blanca, una pequeña cicatriz entre las cejas causada por la varicela y el uso de anteojos.
Para su hermano Baruc, Wendy es más que unos rasgos descritos en una hoja con la leyenda de Se busca. “Ella es una mujer demasiado creativa, es artista plástica y diseñadora de interiores, las esculturas y los grabados son su forma de vida, ella tiene esa intensa pasión por crear y convertir el arte en su forma de vida, por eso es que hasta se animó a abrir una tienda de diseño con piezas de otros artistas”, relata en entrevista.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), en México hay 82 mil 390 personas desaparecidas y no localizadas, de ellas, 20 mil 333 son mujeres. En el estado de Jalisco, una de las entidades con mayor número de casos con un total de 11 mil 527 desaparecidos, mil 515 son mujeres mientras que en Nayarit de las mil 47 desapariciones registradas, 151 son del género femenino.
“Las investigaciones ya se llevan a cabo, las autoridades han estado de la mano desde el primer momento en que denunciamos, nos tienen informados de cualquier pista pero al final tenemos que ser pacientes porque estamos conscientes que San Pancho no es una ciudad grande con cámaras conectadas, entonces es difícil poder tener información constante”, comenta Baruc.
El 16 de enero, luego de una semana de no saber de Wendy, familiares y amigos se manifestaron con velas y pancartas afuera de la Casa Jalisco donde los recibió el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Ahí, el mandatario jalisciense se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para que aparezca.
A pesar de no dejar de presionar con la búsqueda, para la familia de Wendy su desaparición los ha marcado.
Cada día, a las ocho de la noche, el hermano de Wendy convoca en redes sociales a una movilización digital. Con fotos e ilustraciones recuerda a su hermana, la llama heroína y pide a los usuarios se sumen a su grito de búsqueda.
“Se tiene que visibilizar el caso, mi hermana no puede ser una estadística más, no podemos seguir sin levantar la voz en este contexto de violencia para todas las personas, porque siempre hay una mujer a quien buscar y eso tiene que parar, las acciones que hacemos son por Wendy y todas las que salieron de casa y no volvieron”, afirma.
Medidas urgentes
Arely Varela, abogada y especialista en temas de género en la organización Idheas, explica que la alta incidencia en desapariciones es una herencia que no atendieron los gobiernos anteriores.
“Es un problema complejo que nació con la violencia generalizada en el país en los últimos años, pero cuando hablamos de desaparición de mujeres se tienen que visibilizar los riesgos asociados al género, por ejemplo la violencia sexual, la exposición a la trata de personas y por supuesto al feminicidio”, menciona.
De acuerdo con Varela, para prevenir cualquier violación grave a los derechos humanos es fundamental fortalecer las instituciones de procuración de justicia, así como hacer campañas de concientización sobre los efectos de la violencia en la vida de las mujeres.
“Cuando no se investiga la desaparición de una mujer, la autoridad manda un mensaje en el que dice que es de poca preocupación el problema, que no importa y por ende puede prevalecer la impunidad sin ningún problema”, comenta.
La especialista enfatiza que en muchas ocasiones los familiares emprenden las tareas de investigación para encontrar a sus seres queridos, ante la falta de actuación por parte de las autoridades.
“Me atrevería a decir que los pocos avances que se han tenido en materia de desaparición son gracias a las familias con organizaciones, colectivos o solos. Por ejemplo, la adopción de una Ley General en Materia de Desaparición fue gracias a ellos, los que investigan y hasta dan insumos al Ministerio Público para realizar búsquedas.
Por último, Varela expone que aunque la actual administración creó la unidad especializada para el caso de desaparición de los 43 normalistas, aún falta mucho para atacar el problema.
“Si bien en el discurso se ha hablado, tenemos en las acciones recortes a la Fiscalía, a las Comisiones de Búsqueda y la desaparición de fideicomisos. Urge un mayor involucramiento real en la problemática, menos palabras y más acción”, finaliza.