En medio de la tensión diplomática entre México y Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó el día de ayer una orden ejecutiva para desplegar elementos de la Guardia Nacional hacia la frontera de ambos países.
En el comunicado oficial de la Casa Blanca se explica que el mandatario ha pedido a los Departamentos de Defensa y Seguridad Nacional que coordinen el entrenamiento del personal militar y estudien qué otras acciones son necesarias para proteger la frontera.
Aunque en el memorando no se especifica a partir de cuándo se implementará esta medida ni cuántos elementos serán desplegados, sí se menciona que será en un plazo de 30 días cuando ambos departamentos deberán presentar un informe detallado con el plan de acción a seguir.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó que tras una reunión con la Secretaria de Seguridad Interior estadounidense Kirstjen Nielsen, el gobierno norteamericano informó a México que la Guardia Nacional sólo realizará labores de apoyo al Departamento de Seguridad Interior y que sus elementos no portarán armas ni realizarán funciones de control migratorio o aduanero.
De igual forma, la cancillería expresó al gobierno estadounidense que si el despliegue se tradujera en una militarización de la frontera se dañaría gravemente la relación bilateral y detalló que dará seguimiento a la medida y determinará las acciones apropiadas a seguir.
Apenas el martes pasado el mandatario ya había adelantado que estaba planeando esta medida en un intento por proteger militarmente la frontera hasta que concluya la construcción del muro y los Estados Unidos cuenten con la seguridad fronteriza adecuada.
No es la primera vez que las tropas de la Guardia Nacional son enviadas a la frontera con México, ya en 2006 durante el gobierno de George W. Bush y en 2010 en la administración de Obama se desplegaron para auxiliar con algunas operaciones fronterizas, participando sólo en algunas tareas administrativas y de vigilancia.
La legislación estadounidense prohíbe a los militares realizar tareas propias de los cuerpos policiales como por ejemplo la detención de indocumentados, labores que solo podrían realizar mediante una autorización especial del Congreso.
Trump ha intensificado su ofensiva en contra de México por el avance de una caravana de migrantes que atraviesa territorio nacional en su camino hacia Estados Unidos para generar conciencia sobre la situación humanitaria en sus países de origen o para buscar asilo, aunque el grupo ha comenzado a dispersarse.
En días anteriores Trump había lanzado una advertencia al gobierno mexicano argumentando que debería detener el flujo de drogas y de personas hacia Estados Unidos o cancelaría el TLCAN, a lo que la cancillería mexicana respondió que la política migratoria del gobierno no está sujeta a presiones.
El Senado de la República rechazó categóricamente la ofensiva de Trump en contra de México por medio de un posicionamiento oficial y solicitó al Gobierno de la República suspender la cooperación bilateral con los Estados Unidos en materia de migración y de lucha contra la delincuencia organizada “en tanto el presidente Donald Trump no se conduzca con la civilidad y el respeto que el pueblo de México merece”.
La antesala de la octava ronda del TLCAN
La disputa comercial está enmarcada por la octava ronda de renegociaciones del TLCAN que se realizará a partir del próximo fin de semana, además del decreto del inquilino de la Casa Blanca de desplegar la Guardia Nacional en la frontera con México.
“El tema migratorio afectará la ronda de negociaciones, la cual se espera sea muy técnica. No se prevé que se termine con avances importantes en el tema de las reglas de origen automotriz y en el capítulo referente a la resolución de reglas de conflicto, además, se extenderá el plazo para terminar el diálogo, pues quedarán pendientes varios puntos”, adelanta Cruz.
El internacionalista agrega que a pesar de las presiones por concluir lo antes posible el TLCAN por las elecciones presidenciales en México y las intermedias en Estados Unidos, se espera que el plazo para ponerle fin sea después de verano o hasta el próximo otoño.
Incluso, especialistas coinciden en que se puede tener una fecha más clara en la que estará listo un primer borrador del nuevo Tratado hasta junio.
“Se está presionando mucho para que se tenga un primer borrador ya firmado por las autoridades pertinentes antes del 1 de julio y esté casi concluido dos o tres meses después, con lo que se le estaría quitando un peso para quien resulte presidente de México”, refiere Jorge Sánchez, director del Fundef.
Aun cuando el panorama geopolítico y comercial es complejo, Sánchez asegura que México está dando los pasos más importantes y claros para la más pronta resolución del acuerdo trilateral.
“Se han hecho grandes avances en el tema de la renegociación, sin embargo, uno de los más grandes pendientes ha sido el tema de la migración, el cual tendrá que ser tratado durante los próximos días debido a la coyuntura de mandar las Fuerzas Armadas norteamericanas a la frontera mexicana.”
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