UACM, vocación en duda por derechos de profesores

Un grupo de profesores de la UACM acusa a la institución de lesionar sus derechos; la Universidad rechaza los señalamientos y afirma que está abierta al diálogo para aclarar cualquier situación
David Martínez David Martínez Publicado el
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Un grupo de 26 profesores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) pone en duda vocación de la institución al acusar que la lucha por la justicia laboral significó quedarse sin trabajo.

Los docentes conformaron una asamblea en noviembre de 2019 para exigir a las autoridades de la casa de estudios estabilidad laboral.

Su demanda es que se les amplíen los contratos de cuatro meses y medio que tienen que firmar cada curso para poder dar clases.

Pero acusan que debido a su activismo, la Universidad decidió no contratarlos para el periodo de febrero a junio de 2020, lo que, consideran, pone en duda los principios de pluralidad y humanismo de la institución.

“El artículo 7 del proyecto de Ley (de la UACM), en su fracción VIII, otorga a los miembros del personal académico la libertad no solamente para expresar sus ideas.

“Incluso para incorporar formas de pensamiento diversas y poner en marcha nuevos cursos y nuevas áreas de trabajo, siempre y cuando contribuyan al logro de los fines de la institución y a la formación humanística, científica, crítica y profesional de los estudiantes; y existan condiciones materiales para su realización”, señala la misión y visión de la universidad.

Por su parte, las autoridades de la UACM argumentan que los docentes en cuestión aceptaron contratos temporales, por lo que no tienen justificación para acusar un maltrato laboral. Además se dicen abiertas al diálogo.

La UACM nació legalmente en el 2001. En el 2004 obtuvo la autonomía por medio de la publicación de su ley y seis años después entró en funciones el primer Consejo Universitario que aprobó el Estatuto General Orgánico.

Dicho proyecto académico se creó a partir de la necesidad de una alternativa para solventar la alta demanda de jóvenes que querían cursar los estudios de nivel superior y no alcanzaban un espacio en otras instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Información del portal de la UACM, indica que atiende una demanda anual de entre 9 mil y 12 mil estudiantes, quienes no presentan examen de admisión.

Profesores inconformes

Bryan Bonilla, exprofesor de tres asignaturas en la UACM, relata que cada que inicia un curso los académicos tienen que volver a acreditar una evaluación para dar clases, no tienen antigüedad y durante los periodos de receso escolar no tienen derecho a sueldo.

Añade que no les han modificado su remuneración desde hace más de cinco años a pesar de que tienen obligaciones similares a los docentes de tiempo completo.

“Nuestras actividades no estaban limitadas a horas frente a grupos, también eran asesorías, tutorías y direcciones de tesis”, señala.

Además, argumenta que los inconformes con las condiciones laborales tienen entre cinco y seis años prestando servicios a la UACM sin que se les reconozcan derechos por antigüedad.

Por ello, en noviembre de 2019 decidieron conformar una asamblea en su calidad de miembros de la comunidad académica para pedir diálogo con el Consejo Universitario de la UACM.

El 24 de noviembre, enviaron un oficio al Consejo Universitario de la UACM para entablar una mesa de diálogo.

En el documento, recibido por el Consejo el 27 de noviembre, los profesores de asignatura mencionan que conforme al proyecto educativo de la UACM, basado en el pensamiento crítico y con sentido humanista, se había priorizado el desarrollo de los sectores sociales más marginados y contribuido a la dignificación del empleo.

Sin embargo, con el paso de los años, las políticas neoliberales se han enquistado en la lógica de la Universidad, ya que en lugar de contratar a mayor cantidad de profesores de base para atender la creciente demanda de personas que desean estudiar, se ha privilegiado la figura de ‘profesor de asignatura’ que no es otra cosa que la precarización laboral
Bryan BonillaExprofesor de la UACM

Al no recibir respuesta, los aún docentes interpusieron un juicio ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje el 13 de diciembre para que se les reconocieran sus derechos laborales. La demanda entró a la Junta 16 y sigue en proceso.

La Universidad señala que no se violentaron sus derechos y que cada caso puede ser analizado de manera independiente

Bonilla denuncia que el Consejo no ha contestado su petición ni entabló el diálogo con ellos.

No obstante, el 31 de enero de 2020, no aparecieron en la lista de profesores de asignatura para el nuevo periodo escolar a pesar de que participaron en el proceso y habían sido seleccionados los cinco años anteriores.

Actualmente, siguen en espera de ser atendidos por el consejo y la resolución de su demanda laboral.

Condiciones claras en la UACM

El coordinador académico de la UACM, Raúl Amilcar Santos, señala que las condiciones de contratación de los profesores siempre han sido claras y en el momento que los interesados en ser docentes temporales concursan por un espacio, las aceptan.

“Todos los aspirantes lo hicieron (el proceso) conociendo las reglas de la convocatoria y son contratados de manera temporal de febrero a junio”, argumenta.

Refiere que si los profesores no fueron recontratados para este periodo escolar no es porque se lesionaron sus derechos y su departamento podría estudiar cada caso en particular por si existió alguna arbitrariedad.

“Estamos abiertos al diálogo para atender cada una de las demandas de las personas, definitivamente no se les ha coartado ningún derecho, se les han respetado y si no están contratados, no son trabajadores de la Universidad”, dice.

También menciona que los profesores de asignatura en cuestión no se han acercado a su departamento para revisar su situación laboral pese a que es la unidad encargada del tema.

“Se tendrían que contactar conmigo para saber cuál es la razón particular por la que no fueron recontratados”, detalla.

Reconoce que la UACM tiene varias demandas laborales.

Sin embargo, son competencia del abogado general y el departamento jurídico.

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