Sin pena ni gloria concluye el presidente Felipe Calderón su sexenio en telecomunicaciones.
Pocos avances y muchos favoritismos en una administración plagada de litigios y donde la competencia simplemente “brilló por su ausencia”.
Con este menú llegó ayer Calderón a su última comida con los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT).
Si alguien esperaba el anuncio oficial de las dos cadenas de television a licitar, éste no se produjo.
El presidente del Consejo Directivo de esta cámara, Tristán Canales, aseguró que Felipe Calderón no solo concretó las “CCC” (Cobertura, Convergencia, Competencia) sino que además le agregó otra, la del cumplimiento.
Aunque el discurso fue emotivo, no hubo sorpresas ni anuncios.
Los temas pendientes son muchos, solo basta recordar que en seis años no se logró la penetración tan anunciada ni la democratización de las nuevas tecnologías.
Y para muestra un botón: tanto en telefonía como en televisión restringida las participaciones de las empresas del ramo se mantuvieron casi inamovibles desde 2007 hasta el primer semestre de 2012.
Tal parece que fue, a partir de este año, cuando el presidente Felipe Calderón se acordó de sus compromisos.
Sin embargo, poco se logró hacer pues hasta hoy una sola empresa –Televisa– mantiene más del 70 por ciento de la inversión publicitaria en televisión abierta y en audiencia.
El monopolio de la telefonía que encabeza Telmex es evidente y ha dificultado el desarrollo de otras empresas.
El impulso a las “CCC” que tanto pregonó Calderón en su gobierno, solo fue de saliva.
En cobertura, principalmente telefonía celular, las telecomunicaciones lograron extenderse a más mexicanos con las licitaciones 20 y 21, pero éstas estuvieron plagadas de demandas y contrademandas.
Pero en materia de competencia, el gobierno revalidó concesiones en radiodifusión sin someterlas a concurso, una decision contraria a la de la Suprema Corte, con lo cual se retrasó la entrada de nuevos jugadores.