Una Asamblea sin pies ni cabeza

Sin agenda legislativa, con divisiones políticas y señalamientos de un manejo discrecional de las prerrogativas, arranca hoy el antepenúltimo periodo ordinario de sesiones de la VI Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Por esa razón no hay claridad en cuáles serán los temas que se pretenden discutir en las sesiones ordinarias de este órgano colegiado, comprendidas entre el 13 de marzo y el 29 de abril de 2014.

Jonathan Villanueva Jonathan Villanueva Publicado el
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A diferencia de otras legislaturas, esta presenta un cúmulo de fracturas entre los grupos de poder, que amenaza con estancar la de por sí baja productividad 
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Sin agenda legislativa, con divisiones políticas y señalamientos de un manejo discrecional de las prerrogativas, arranca hoy el antepenúltimo periodo ordinario de sesiones de la VI Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Por esa razón no hay claridad en cuáles serán los temas que se pretenden discutir en las sesiones ordinarias de este órgano colegiado, comprendidas entre el 13 de marzo y el 29 de abril de 2014.

Y es que a diferencia de otras legislaturas, la ALDF presenta un cúmulo de fracturas entre los grupos de poder, que amenaza con estancar la de por sí baja productividad legislativa.

Tan solo el PRD, que representa la bancada mayoritaria, está dividido en cuatro bloques cuya agenda legislativa es incompatible. El PRI, en dos; el PAN, en dos, y el resto se divide entre todos ellos.

Por eso en los últimos días, los diputados locales han anunciado ante los medios de comunicación sus agendas personales y no la de sus respectivos grupos parlamentarios.

De acuerdo con especialistas en Comunicación Política esto se debe a que los asambleístas adelantaron el proceso electoral por más de un año; principalmente con la promoción desmedida de su imagen.

En consecuencia, el tema de los recursos financieros  se hizo presente: hay acusaciones de que el dinero procedente de las prerrogativas no se reparte de manera equitativa entre todos los diputados.

La fractura del sol azteca 

A principios de la VI Legislatura, la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con 34 legisladores, llegó dividido en dos bloques: la corriente Izquierda Democrática Nacional de René Bejarano y los manceristas.

Sin embargo, la lucha de poder de cara al proceso electoral del 2015 generó nuevas alianzas: provocó que ahora en la Asamblea Legislativa existan cuatro fuerzas en vez de dos. 

Están los afines al presidente de la Comisión de Gobierno, Manuel Granados, que suman nueve legisladores con Ernestina Godoy, Rubén Escamilla, Arturo Santana, Vidal Llerenas, Adrián Michel, Ana Julia Hernández, Claudia Cortés y la independiente Bertha Cardona.

Otro de los grupos, también afín al jefe del Ejecutivo local, Miguel Ángel Mancera, está conformado por los cercanos al secretario de Gobierno, Héctor Serrano, y comandado por el diputado local Víctor Hugo Lobo.  

Ahí suman once que son: Alberto Martínez, Carmen Antuna, Rocío Sánchez, Polimnia Romana, Roberto Candia, Dione Anguiano, Alejandro Piña, Diego Martínez, Alejandro Robles, Carlos Hernández y Víctor Hugo Lobo.

Aunque estos dos grupos representan los intereses de la administración capitalina, son antagonistas. Como ejemplo está la propuesta de descriminalizar el consumo de la mariguana, donde las posturas fueron contrarias.

El tercer bloque es el de la corriente Izquierda Democrática Nacional, cuyo máximo líder es René Bejarano y en la ALDF es dirigido por la secretaria de la Comisión de Gobierno, Ariadna Montiel.

Además de ella, el grupo lo conforman Héctor Hugo Hernández, Dinora Pizano, Alejandro Ojeda, Eduardo Santillán, Agustín Torres, Jorge Zepeda, Angelina Hernández, Gabriel Godínez, Yuriri Ayala, Antonio Padierna y Lucía Hernández.

Y el cuarto bloque es organizado por los diputados Efraín Morales, Daniel Ordóñez y Esthela Damián, quienes en todas las negociaciones han sido fieles de la balanza al sumarse a cualquiera de los demás grupos.

Los demás bandos

En el caso de la bancada tricolor la división entre el grupo de María de los Ángeles Moreno y el de Tonatiuh González se intensificó a finales del periodo ordinario pasado, lo cual generó la destitución de la primera como coordinadora del grupo parlamentario.

A principios de este año se acordó nombrar como líder de la bancada a Fernando Espino, pero como no es bien visto en el GDF su mandato está en riesgo.

Y es que los afines a Tonatiuh y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre han tenido una relación cercana con la administración capitalina.

La postura de ambos bandos es irreconciliable, según sus propias versiones. Por eso no tienen una agenda en común y los acuerdos que podrían tomar con el partido mayoritario (PRD) se hacen por vías separadas.

Cercanos a María de los Ángeles son: Karla Valeria Gómez, Alejandra Barrios, Érik Alejandro Jiménez. Mientras que afines a Tonatiuh están Jaime Ochoa, Marco García y Fernando Mercado.   

En el caso del blanquiazul tampoco hay unidad. El coordinador de la bancada, Federico Döring, solo tiene el control de seis de los 13 diputados que tiene el Partido Acción Nacional.

Que son: Laura Ballesteros, Héctor Saúl Téllez, Olivia Garza, César Daniel González, Gabriela Salid. El resto son afines a la senadora Mariana Gómez del Campo, Jorge Romero y  Obdulio Ávila.

Por el grupo de la senadora están su hermano, Gabriel Gómez del Campo, y el diputado Orlando Anaya. Y cercanos a Jorge Romero aparecen Santiago Taboada, Christian Von Roerich y Andrés Sánchez. 

En tanto que el exlíder del PAN-DF y otrora subsecretario de Gobernación en el sexenio calderonista, Obdulio Ávila, cuenta con los asambleístas Édgar Borja y Priscila Vera.

Propuestas pendientes

La postura de los grupos delinea la complejidad que impera para aprobar iniciativas pendientes, que en algunos casos debieron ser discutidas, y en su caso aprobadas, hace más de un año.

Uno de los ejemplos es la Ley de Movilidad, cuya propuesta fue anunciada hasta por el gobierno de la ciudad. La regulación de marchas también es un tema pendiente que no se ha podido aterrizar.

A esas se suma la de maternidad subrogada, reformas a Ley Orgánica de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el Programa Parcial de Polanco y recientemente la descriminalización del consumo de mariguana.

Por si eso fuera poco los asambleístas afirman que el dinero proveniente de las prerrogativas no fluye entre los legisladores como se supone está planeado por la Tesorería General.

Y por esa razón tratarán de obligar a la Comisión de Gobierno de la ALDF a transparentar todas las partidas que existen, a fin de dar certeza sobre el gasto y las prerrogativas.

Para hoy está anunciada una conferencia de prensa en la que se darán a concer las directrices de este periodo ordinario, pero en realidad no hay consenso ni una agenda en común. 

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