Una aspirina al desempleo
El trueque fiscal no sonaba tan mal: una pensión universal y un seguro de desempleo a cambio de más impuestos y más gasto.
Pero ¿Pitágoras se equivocó?
Los diputados tuvieron que enmendar la plana porque no aceptaron un seguro de desempleo cuyo costo mayoritario se recargaba en el ahorro de los trabajadores en activo.
Y eso, a juicio de los expertos, por un lado desincentivaba la posibilidad de adquirir una vivienda y por otro, ponía en serios aprietos al Infonavit.
Georgina Howard
El trueque fiscal no sonaba tan mal: una pensión universal y un seguro de desempleo a cambio de más impuestos y más gasto.
Pero ¿Pitágoras se equivocó?
Los diputados tuvieron que enmendar la plana porque no aceptaron un seguro de desempleo cuyo costo mayoritario se recargaba en el ahorro de los trabajadores en activo.
Y eso, a juicio de los expertos, por un lado desincentivaba la posibilidad de adquirir una vivienda y por otro, ponía en serios aprietos al Infonavit.
Los expertos de ManPower, empresa de reclutamiento, reconocen que en un país donde 5 de cada 100 mexicanos en edad de trabajar se encuentra desocupado, el seguro de desempleo solo actuaría como una aspirina.
Ni resuelve la desocupación ni soluciona la informalidad.
La iniciativa original pretendía que los trabajadores aportaran a un fondo solidario el 3 por ciento de su ahorro de vivienda para financiar el fondo de pensiones.
Los diputados determinaron que el porcentaje se redujera a 0.25, y el Gobierno Federal pondrá los recursos faltantes para la operación del programa.
Con ello, los trabajadores que pierdan su empleo y que hayan estado laborando en el sector formal podrán recibir el 50 por ciento de su sueldo durante los primeros cuatro meses y el salario mínimo durante los siguientes dos.
De esta forma, la cobertura del seguro solo será por seis meses.
De esta manera no se limitaría las posibilidades de acceso a una vivienda a los trabajadores formales del país, ni se reducirían las contribuciones futuras al mismo fondo.
El Ejecutivo también había propuesto incluir a los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y a los que prestan sus servicios al Estado para que aportaran al financiamiento del seguro.
Los legisladores decidieron excluir a los burócratas, porque se consideró que al momento de perder el empleo o acogerse a los programas de retiro voluntario ellos son indemnizados.
Con el sector informal en la mira
De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 6 de cada 10 habitantes del país se encuentra en edad de desarrollar alguna actividad productiva o generadora de ingreso.
Sin embargo, de estos, 5 de cada 100 esta desocupado o carece de un empleo remunerado, mientras que 6 de cada 10 se desempeña en el sector informal.
Lo que significa que mientras el porcentaje de la población desocupada del país es de 5.17 por ciento, otro 58 por ciento se dedica a actividades económicas de poca productividad.
Pero no solo eso, también carecen de prestaciones, no pagan impuestos y son escasamente competitivas.
En cambio, 4 de cada 10 empleos con los que cuenta el país están en el sector formal de la economía y son el grupo poblacional que se encarga de financiar una parte importante del gasto público a través del pago de impuestos.
El objetivo del seguro de desempleo, además de resolver la situación inmediata del trabajador, es evitar que se vaya al sector informal debido a la falta de ingresos.