Una consulta… no consultada
La consulta vecinal que definirá el rumbo del Presupuesto Participativo 2013 está en crisis. Y es que a dos meses de que se lleve a cabo, líderes vecinales y partidos políticos ya fijaron una postura en contra del proyecto.
Esto se debe a que en sesión de Consejo General, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) acordó que los habitantes de la Ciudad de México podrán decidir las obras prioritarias de sus colonias (tanto por votación directa como a través de Internet).
Jonathan Villanueva
La consulta vecinal que definirá el rumbo del Presupuesto Participativo 2013 está en crisis. Y es que a dos meses de que se lleve a cabo, líderes vecinales y partidos políticos ya fijaron una postura en contra del proyecto.
Esto se debe a que en sesión de Consejo General, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) acordó que los habitantes de la Ciudad de México podrán decidir las obras prioritarias de sus colonias (tanto por votación directa como a través de Internet).
En la edición del 24 de agosto, Reporte Indigo dio a conocer las complicaciones legales para la celebración de la consulta vecinal. Y con el pasar de los días han surgido las primeras voces opositoras.
Los vecinos, por la vulnerabilidad del proyecto, y los partidos, por la exclusión de las autoridades electorales. Mientras que los reportes oficiales de presupuesto 2012 delatan un fracaso.
Veamos:
Las últimas reformas aprobadas a la Ley de Participación Ciudadana del DF contemplan la creación de un Consejo Ciudadano, conformado por los 16 presidentes de comités vecinales a nivel delegacional.
La función del Consejo es coordinarse con el IEDF para este tipo de tareas. Pero como no tuvieron injerencia en las decisiones de las autoridades electorales, este grupo de trabajo se sintió engañado.
En palabras simples afirman que el Instituto solo les mostró la metodología de la Consulta Ciudadana por Internet, y que nunca les dio la opción de decidir si aceptaban o no el proyecto.
De acuerdo con Arturo Ramírez y Benjamín Vázquez –integrantes del Consejo Ciudadano del Distrito Federal– si algo está claro es que esta consulta se hará con o sin su consentimiento.
“Esto es una tomada de pelo. En el discurso afirman que ponderan el diálogo, cuando damos nuestra opinión la ignoran y por eso consideramos que están con la idea de se hace porque se hace”, indicaron.
Los opositores al proyecto argumentan que el sistema de votación evidencia un alto grado de vulnerabilidad a ser manipulado, ya que carece de candados.
“Solo hay que ingresar la clave que viene al reverso de la credencial de elector y un número de celular, para después recibir una contraseña con la que podrás votar. Eso es insuficiente”, dijo Vázquez.
“Por cada línea telefónica que des de alta, puedes emitir cinco opiniones, cinco vecinos pueden votar, siendo mal pensado, puedo ir a donde venden los chips de Telcel y me los dan a 50 pesos, y me compro 100 chips, con esos chips, ¿cuántas oportunidades voy a tener de votar?”
Los partidos
En éste, como en todos los trabajos del Instituto Electoral del Distrito Federal, la participación de los partidos políticos, al menos como observador, ha sido una regla no escrita.
Por eso, cuando son excluidos, hacen valer sus opiniones.
El pasado 5 de septiembre, el representante del PRD ante el Instituto Electoral, Miguel Ángel Vásquez, envió el oficio PRD/IEDF/177/012-05-09-012 mediante el cual solicitó se le informe de todas las actividades en torno al tema.
A la par, el representante del PT y el del PRI, Ernesto Villareal y Marco Michel, respectivamente, se unieron a dicha petición.
En la mayoría de los casos, no hay una disposición a aprobar la decisión de las autoridades electorales para celebrar la consulta vecinal a través de Internet, por la supuesta falta de seguridad en el sistema.
La postura oficial
Para el consejero electoral del IEDF, Néstor Vargas, el margen de confianza en el software es alto, por lo que no debe haber motivos para tanta reticencia a las nuevas tecnologías.
“Para aquellos que no quieran opinar a través de Internet, también podrán hacerlo en las mesas receptoras que vamos a colocar en la jornada electiva del 11 de noviembre”.
En entrevista con esta casa editorial, asegura que a largo plazo habrá un beneficio en cuanto a una reducción de gastos, acceso a las consultas y secrecía de las decisiones individuales.
“Es un grupo pequeño de vecinos los que no quieren entrarle al tema de las nuevas tecnologías, y por eso acordamos abrir estas mesas receptoras, solo es cosa de que ellos elijan”.
La empresa que se encargará de proporcionar el software, la intención y prioridad sigue siendo la española Sitel, ya que fue la que proporcionó el programa para recabar el voto de los chilangos que radican en el extranjero.
“Ahí hay confianza, es una empresa seria y que nos dejó viva una cláusula para comprar una licencia definitiva para cualquier ejercicio de participación ciudadana o jornada electoral”.
El proyecto
Al interior del IEDF circula un proyecto con al menos cuatro propuestas para la consulta vecinal.
Una de ellas consiste en que todo el proyecto se realice por el método tradicional –mesas receptoras y papeletas– por un monto de 16 millones 670 mil pesos en logística y materiales.
La segunda opción representa un costo de 33 millones 874 mil pesos y contempla solo el modelo de Internet.
La tercera propone alquilar cibercafés para que la ciudadanía pueda registrar sus propuestas, el monto a pagar sería de 25 millones 735 mil pesos. Y otro más, cuyo costo sería de 15 millones de pesos.
Al respecto, Vargas precisó que en ninguno de estos casos está contemplado el costo del software (ya sea por la vía de renta o compra final), que podría ir desde los 8 millones de pesos o hasta el doble.
El balance del 2011, atrasos significativos
Mientras el IEDF avanza en los preparativos para la tercera consulta vecinal, que se encargará de poner a votación los proyectos de obra pública y servicios básicos de cada una de las colonias, surgen los primeros resultados del año pasado.
Un informe de la Contraloría General del Gobierno del Distrito Federal detectó irregularidades en varios contratos del presupuesto participativo, firmados en el 2011 por las autoridades delegaciones.
Según el oficio que llegó a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en 32 casos relacionados con obras y adquisiciones, hubo un atraso significativo en la entrega.
Mientras en otros 17 proyectos se presentaron sobrecostos. El documento –firmado por el contralor general Ricardo García Sainz, detalla que se tuvieron que realizar inspecciones físicas a las obras.
Y de ahí se detectó que en 10 casos no se han iniciados trabajos, en 110 están en etapa parcial, y solo en 223 se concluyeron los proyectos establecidos.
En el 2011 la Asamblea Legislativa aprobó 706 millones de pesos como presupuesto participativo, que debió haberse ejercido ya en las 16 delegaciones del DF.