“Es una gran responsabilidad, pero también un honor”: funcionaria de casilla
Así como muchos funcionarios de casilla se pusieron manos a la obra desde temprano, hubo otros que de plano no se presentaron, lo que provocó que el inicio de las votaciones se retrasara
José Pablo EspíndolaUn restaurante que ofrece barra de ensaladas hizo las mesas a un lado para darle paso a las urnas electorales. Ubicada en la delegación Iztapalapa, la casilla 2022 abrió sus puertas desde las 8 de la mañana para recibir a los votantes.
Abigail Garrido Escalona es presidenta de esta casilla, emocionada y con una amplia sonrisa en su rostro observa que todo se mantenga en orden. No se despega de su lugar, no descuida las boletas electorales.
Para ella lo más importante es que la gente salga a votar, no importa por quién lo hagan, pero que tomen con seriedad este proceso electoral. Además confía en que esta jornada será totalmente limpia.
“Como funcionario tienes que tener el temperamento para enfrentar cualquier cosa por mínima, ya sea por parte de los representantes de partidos, por los ciudadanos. Tener la cabeza razonada para hacerlo lo mejor posible”, señala Garrido.
Y además cuenta que ella siempre quiso ser funcionaria de casilla, era casi un sueño que pudo lograr hasta ahora, por lo que asegura que se esforzará mucho para hacerlo lo mejor posible.
Para Rodrigo Mercado Ortega, tercer escrutador de una casilla colocada en un kínder cerca de Rio Churubusco, el poder participar de manera activa en este proceso electoral es la oportunidad perfecta de constatar que las cosas se hagan bien y se sigan los protocolos para salvaguardar la democracia del país.
“La gente es cooperadora, no ha habido ningún percance hasta ahora. Lo que espero es que se haga justamente lo que se debe de hacer para que haya un resultado que sea concreto y que sea lo que todos queremos”, opina Mercado Ortega.
Ser funcionario de casilla, dice, no es fácil, toma su tiempo y a veces la gente no lo entiende, pero no le importa porque es la forma en la que se siente útil para México.
Carmelita es una mujer de más de 60 años, se para, se sienta, pero nunca deja de observar fijamente a las personas que entran a votar a la casilla ubicada cerca del metro Escuadrón 201. Su trabajo es marcar el dedo pulgar.
“La gente se emociona cuando les pintas su dedito, su cara cambia y ven con orgullo su marca. No es mucho lo que hago, pero lo hago con alegría porque es por mi país”, afirma la mujer con una gran sonrisa en su rostro.
Pero así como hay ciudadanos que tomaron con respeto y responsabilidad su nombramiento como funcionarios de casilla, hubo a quienes eso no les importó y simplemente no llegaron a la cita. Ese fue el caso de la casilla 2486, ubicada en la calle de Pablo Luis Rivas de la delegación Iztapalapa que abrió a las 9 de la mañana porque faltaban funcionarios de casillas.