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La violencia feminicida tiene una presencia muy importante en Jalisco, inclusive, por la intensidad con que se registra, la entidad fue identificada como la octava a nivel nacional donde más mujeres perdieron la vida por esta causa, según un estudio muy amplio en el que participó ONU Mujeres (Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres).
La investigación abarcó un periodo de 26 años en su análisis. Durante este lapso se asesinaron en Jalisco a mil 522 mujeres, revela el documento Violencia feminicida en México. Características, tendencias y nuevas expresiones en las entidades federativas, 1985-2010”.
El estudio fue publicado en 2012 por tres instancias: el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), la Comisión Especial sobre Feminicidios de la Cámara de Diputados y el organismo internacional antes citado.
En este tiempo el peor año para Jalisco fue 1986, cuando 81 mujeres fueron asesinadas, seguido entonces por el año 2010, ya en el contexto de la espiral de violencia y ejecuciones que no ha superado el país, con 77 casos; y en tercer lugar: 1987, con 73 registros.
“El análisis de largo plazo sobre los feminicidios en México que aborda este estudio, nos permite observar el comportamiento de la violencia feminicida expresada en asesinatos de mujeres en el lapso de un cuarto de siglo. Veintiséis años para ser exactos (…) lo correcto es hablar de las defunciones con presunción de homicidio, que en ausencia de información adecuada son consideradas en este trabajo como la mejor aproximación disponible para analizar empíricamente el feminicidio”, señala el documento.
Estos homicidios de mujeres están comprendidos dentro de la violencia basada en el género, que puede entenderse fácilmente como toda “una gama de costumbres, prácticas machistas y misóginas, que imponen pautas de una masculinidad basada en el uso de la fuerza y la violencia en las relaciones entre hombres y en contra de mujeres de todas las edades. Estas prácticas abarcan diversos tipos de comportamientos físicos, emocionales, sexuales o económicos, hasta llegar incluso a la privación de la vida”.
La violencia feminicida que se da en la ciudad de Guadalajara la hace destacar en el plano nacional, pues se mantuvo en el periodo 1985-2010 entre las 20 localidades del país con la mayor cantidad de mujeres asesinadas, aunque también es cierto que muestra una tendencia a la baja en este sentido.
En 1985 Guadalajara fue el cuarto municipio de todo el país con más mujeres victimadas, con 35; en 1990 fue el octavo lugar, con 23; en 1995, el sexto, con 29; en 2000, el séptimo, con 21; en 2005, se alejó de los primeros peldaños para caer al 17, con 12; y en 2010, al escalón 18, con 17 muertes.
Con la investigación se descubrió que la violencia feminicida es más común fuera del hogar que adentro del mismo, pese a que generalmente se tenga la noción de lo contrario: “Existe la idea fuertemente arraigada en la población, de que los feminicidios corresponden en su mayor parte a asesinatos de mujeres por parte de su pareja. La evidencia empírica nos dice que esto no es más que un mito, pues la mayoría de estas muertes violentas femeninas ocurren fuera del ambiente doméstico”.
De cada 10 mujeres asesinadas, cuatro transitaban por la vía pública (42.6 por ciento), mientras que en el hogar ocurrió en el 30 por ciento de los casos; los espacios públicos como áreas comerciales o de servicios, escuelas, oficinas y áreas deportivas terminaron siendo el escenario de estas agresiones fatales en el 5.2 por ciento de los casos.
En el 2010, precisa el documento, una de cada 10 mujeres asesinadas en Jalisco fue clasificada como resultado de la violencia familiar (el 11.5 por ciento), tomando como base al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Las agresiones sexuales
Otra forma imperante de la violencia hacia las mujeres en Jalisco son las violaciones sexuales. En el periodo de 1997 a 2010 analizado por las tres instituciones, se confirmó que el estado es el cuarto a nivel nacional con más agresiones de este tipo, pues en sus municipios se cometieron 9 mil 479.
De esta manera, Jalisco queda por debajo únicamente de tres entidades federativas: Estado de México, a la cabeza, con 34 mil 376 violaciones de mujeres; el Distrito Federal, con 18 mil 196, y en tercer lugar, Veracruz, con 16 mil 195. En todo el país se dieron 188 mil 90 de estos abusos sexuales.
Con las cifras de Jalisco se podría hablar de un promedio anual de una incidencia de 677 violaciones de mujeres, o visto de otra manera, por cada día que transcurre entre una y dos mujeres (1.8) son atacadas sexualmente en el estado, y eso considerando únicamente los casos que llegan al Ministerio Público con una denuncia penal.
Si este cálculo se hace con la cantidad total de violaciones a nivel nacional, cada día son víctimas de estos hechos 36 mujeres en toda la República Mexicana.
Feminicidios y narco
En los años de 2007 a 2010, durante el mandato del expresidente, Felipe Calderón, y cuando los asesinatos relacionados con las organizaciones criminales se acrecentaban, se dieron en Jalisco 249 homicidios de mujeres. El estudio, sin embargo, advierte lo siguiente:
“El que una mujer haya sido víctima de un homicidio relacionado con el narcotráfico o el crimen organizado no es razón suficiente para argüir que no intervinieron en él los elementos que configuran un feminicidio. Es decir, feminicidio y crimen organizado no son temas separados e independientes”.
Durante el sexenio anterior el uso de las armas de fuego en los homicidios contra mujeres se fue haciendo cada vez mayor y más frecuente; y de esta forma, si en 2007 sucedió así en un tercio de los asesinatos de mujeres, para el 2010 ya superaba la mitad de los casos: 54.6 por ciento (en el caso de homicidios contra hombres pasó del 56.6 al 72.5 por ciento).
“Semejante preponderancia de las armas de fuego y el incremento en su utilización están indudablemente ligados con el tráfico ilícito de armas –de muy difícil medición– y con las actividades del crimen organizado. Sin embargo, no creemos que esa sea la única respuesta para explicar el feminicidio. Si bien la mayor disponibilidad de armas hace que se haya incrementado su uso en homicidios de mujeres basados en su condición de mujeres, también podemos ver que con las mujeres es más frecuente el empleo de medios más brutales para asesinarlas”.
Estos “medios más brutales” son, por ejemplo, el ahorcamiento, el estrangulamiento, la sofocación, el ahogamiento y la inmersión, pues los casos en que esto ocurrió con las mujeres casi se triplican en términos proporcionales con los registros de los varones. Por ello, se advierte que “un aspecto que evidencia la misoginia es la saña con la que son asesinadas las mujeres”.
De 2001 a 2009 estos recursos de mayor brutalidad se utilizaron en casi una quinta parte de los homicidios de mujeres (2.7 veces más que en los hombres); mientras que la proporción de mujeres que fueron envenenadas y quemadas para quitarles la vida es 4.4 veces más, que la que se presenta con los hombres.