Unión Europea, el socio estratégico en el programa APAC

La Unión Europea ha jugado un papel fundamental en el programa de la Asociación para la Protección y Asistencia de los Condenados a través de la entrega de recursos para poder llevarlo a cabo
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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En gran medida el proyecto de la Asociación para la Protección y Asistencia de los Condenados (APAC) está siendo financiado por la Unión Europea.

Jerome Poussielgue, jefe de cooperación de la Delegación de la Unión Europea en México, comenta que confían en el programa, ya que vieron en Brasil que las prisiones dejaron de ser “academias del crimen” cuando se les dio a los presos la capacidad de reformarse a través de actividades que les permitan tener una vida digna al salir de prisión.

“Lo importante es que todo el mundo esté ocupado aprendiendo algo, ya sea trabajando o estudiando, que se sientan útiles (…) Muchos delincuentes también fueron víctimas de la violencia social y económica porque no tuvieron otras oportunidades”, comenta.

Poussielgue también confiesa que la Unión Europea decidió financiar el proyecto luego de ver en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que el Gobierno federal estaba cambiando de paradigma y en teoría buscaba dignificar las prisiones del país.

“Las prisiones se han convertido en escuelas de delincuentes y en centros operativos de grupos del crimen organizado. Es necesario recuperar el control de los penales de las mafias, combatir la corrupción de las autoridades carcelarias, establecer el respeto a los derechos de los internos, implementar mecanismos de supervisión externa y dignificar las condiciones de alojamiento, salud y alimentación de los reclusos, en atención a recomendaciones de expertos nacionales e internacionales”, señala el Gobierno federal en el Plan de Desarrollo.

Al respecto, el representante de la Unión Europea comenta que la solución al problema de la seguridad no está en encarcelar a todos.

“Encarcelar a todos los delincuentes no es la panacea, eso cuesta mucho dinero. Por eso hay que ver el grado de peligrosidad para definir las penas. Cuando se ofreció la salida de varios presos, como mujeres que habían abortado (por la Ley de Amnistía) lo aplaudimos. Debe existir una visión de redención del individuo y privilegiar sus derechos humanos.

“Por eso debemos de analizar qué tipo de sociedad queremos, si una con cárceles llenas y mucha seguridad o si creemos que la paz social se puede conquistar a través de un trabajo social que responsabiliza al individuo por sus actos”, concluye.

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