La Universidad Pedagógica Nacional (UPN) está en crisis; sus trabajadores dejaron de percibir el 30 por ciento de su salario y no habrá aumento de presupuesto federal para el año 2020 pese al déficit en el que opera la institución.
Para 2018 la UPN –órgano educativo desconcentrado de la Subsecretaría de Educación Superior que forma parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP)– recibió un presupuesto de 820 millones de pesos, cifra que no cambió para este año como parte de las medidas de austeridad del Gobierno federal.
Sin embargo, trabajadores administrativos y académicos del plantel de la Ciudad de México –sede de la rectoría encabezada por la Dra. Rosa María Torres Hernández– acusan que esta medida ocurre a pesar del déficit de 396 millones de pesos con el que cerró la institución el año pasado.
En el Informe 2014-2018 del exrector Tenoch Esaú Cedillo Ávalos, se reconoce que la institución de educación superior opera con un gasto del 48.29 por ciento más de lo que recibe del presupuesto federal.
En el documento se menciona que la UPN necesitaba un aumento presupuestal de 120 millones de pesos –aproximadamente el 15 por ciento del actual ingreso– para regularizar la plantilla laboral. Un aumento que no se dará en ningún sentido porque la institución mantuvo exactamente el mismo ingreso para 2020.
La UPN es una institución educativa que cuenta con 70 planteles en todo el país y tiene una matrícula de alrededor de 70 mil estudiantes.
Por esta razón, la universidad continuará operando en números rojos, mismos que ya provocaron la eliminación de estímulos y becas para los trabajadores en abril pasado; percepciones que representan el 30 por ciento de sus ingresos totales.
“No hay un aumento de presupuesto para el año que viene, ni un peso, para nada, este año nadie sabe aún la cifra de déficit, nosotros sospechamos que va a cerrar con la misma o va a alcanzar los 500 millones”, indica María Virginia Casas, integrante de la Comisión de Estímulos al Desempeño Académico del Sindicato Nacional de la UPN.
En entrevista para Reporte Índigo, la trabajadora de la institución menciona que cuando dejaron de percibir sus ingresos por estímulos, el sindicato instaló una mesa de trabajo, en la que la rectoría les ofreció como solución la revisión de 97 plazas de nivel 7 cuyo costo anual de cada una es de un millón de pesos aproximadamente.
Las autoridades de la UPN también prometieron gestionar con el Titular de la Unidad de Administración y Finanzas de Hacienda que los recursos obtenidos del ahorro por la revisión fueran dados a los trabajadores como parte de los estímulos retirados.
No obstante, la última vez que se reunieron en septiembre, la rectora Torres Hernández señaló que pese a la revisión de 97 plazas de presuntos “aviadores”, no era posible volverles a pagar sus estímulos pues sólo se había programado un ahorro de tres millones de pesos y la recuperación del 30 por ciento de las plazas.
Dicha recuperación consistió en la eliminación de las plazas o su ajuste salarial, pero los empleados afectados insisten en que, aún cuando sólo se logró ajustar el 30 por ciento de las irregularidades en la nómina, el ahorro es prácticamente insignificante.
“Tres millones de pesos como ahorro nos parece poco, si tomamos en cuenta que en promedio, cada plaza tenía un costo total de un millón de pesos anuales”, argumenta Casas.
Ante la situación de la falta de pagos de estímulos y becas, así como la negativa de aumentar el presupuesto federal a la UPN, el Sindicato y los trabajadores se fueron a un paro de labores de 12 horas que arrancó este 1 de octubre.
Estímulos necesarios para la UPN
María Moreno Oscos, secretaria de Trabajo y Conflictos del Sindicato, denuncia que el recorte de estímulos eran parte de un acuerdo para que no se aumentara el sueldo base a los trabajadores.
“Nuestros salarios quedan destazados, es injusto que nos los suspendan sin razón cuando los recursos para un ejercicio se gestionan desde un año antes”, afirma.
La también trabajadora de la institución indica que otra opción propuesta por las autoridades es reintegrarles los estímulos desde mayo a septiembre, pero sólo el equivalente al 57 por ciento. Un acuerdo que consideran injusto.
Recalca que el no dar los estímulos y becas es un incumplimiento de la promesa del subsecretario de Educación Superior de la SEP, Francisco Luciano Concheiro, quien les dijo que una vez finalizada esa “limpieza”, recibirían sus ingresos de manera normal.
“Estamos de acuerdo con el plan de austeridad, pero sin que se nos suspendan los estímulos, vivimos de nuestro salario”, declara Moreno Oscos.
Por su parte Julio Rafael Ochoa, secretario general del Sindicato, señala a la rectora Rosa María Torres de no tener interés en la comunidad ni en resolver el conflicto que padece la UPN.
Ochoa espera que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) revierta la situación y pueda brindar el apoyo prometido a la UPN y a la escuelas normales.
“Nosotros vimos muy bien cuando él dijo que iba a terminar con los estímulos en las universidades y se iban a volver salarios, pero se dicen las cosas pero no se hacen. La mayoría de nosotros votó por Morena y estamos conscientes de que es nuestro presidente, nosotros lo votamos, lo apoyamos pero también necesitamos atención”.