La llegada de una vacuna contra el COVID-19 a México es una señal positiva

Vacuna: Luz al final del túnel para el sector salud

La llegada de una vacuna contra el COVID-19 a México es una señal positiva para que la situación en el país mejore, sin embargo, entre el personal de salud existe confusión sobre cómo será el protocolo para la recepción, traslado y aplicación de las millones de dosis

México aguarda en fila para recibir la vacuna contra el COVID-19 a pesar de que la estrategia del Gobierno federal no es del todo clara.

Los trabajadores del sector salud que llevan meses luchando contra un enemigo invisible ven con grandes esperanzas la llegada de las dosis, aunque existe incertidumbre debido a que aún se desconoce la fecha exacta de cuándo arribarán a territorio nacional.

Las autoridades de salud intentan frenar el número de contagios en momentos en que la infraestructura hospitalaria está rebasada y los trabajadores que atienden a los pacientes experimentan un desgaste físico y emocional.

La esperanza de encontrar una vacuna se ve opacada por nuevos cierres y un incremento en los casos. Pero el mayor reto al que se enfrenta México es que no cuenta con una red de ultracongelación para transportarlas

Por ahora, el Ejército realiza simulacros para la recepción y el traslado de las vacunas, como parte de los convenios que firmó el gobierno mexicano con grandes farmacéuticas.

El 8 de diciembre la Secretaría de Salud (SSa) presentó la Política Nacional de Vacunación contra el COVID-19 durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En esa fecha, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dijo que la primera etapa de vacunación contempla al personal que labora en hospitales y que mantiene mayor contacto con las personas contagiadas.

El funcionario agregó que la primera aplicación estaría contemplada desde la tercera semana de diciembre a febrero de 2021.

“En este periodo se aplicarán 125 mil esquemas del laboratorio Pfizer/BioNTech en dos sitios iniciales, que son la Ciudad de México, con 107 mil vacunas, y el estado de Coahuila con 17 mil 500. Asimismo, se prevé cubrir las regiones centro, norte, oriente, suroriente y occidente del país”, informó la SSa mediante un comunicado.

El 11 de diciembre, la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos emitió la primera Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) para una vacuna, que fue la desarrollada por Pfizer y BioNTech, cuya eficiencia comprobada es de 95 por ciento.

En un informe, la administración explica que la EUA para la vacuna estará en vigor mientras dure la declaración que justifica el uso de emergencia de estos productos, a menos que se termine o se revoque (después de lo cual los productos ya no podrán utilizarse).

Ese mismo día, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también otorgó el permiso para uso de emergencia de la vacuna Pfizer-BioNTech, con el fin de ser utilizada en la Política Nacional de Vacunación.

El anuncio se sumó al de países como Canadá y Reino Unido donde se dio luz verde al uso biológico de la vacuna para inmunizar a la población.

Con base en las recomendaciones del Grupo Técnico Asesor de la Política Nacional de Vacunación se plantean tres diferentes escenarios de acuerdo con la disponibilidad de vacunas: a) 25 millones de dosis; b) 50 millones, y c) cobertura universal que comprende al 75 por ciento de la población.

Pero la vacuna de PfizerBioNTech no es la única alianza que suscribió México con otras farmacéuticas. En puerta están los ensayos clínicos de CanSino y de Janssen, y tres protocolos sanitarios se encuentran en autorización de la Cofepris: Novavax, la vacuna de Sputnik V y la vacuna de Curevac que es alemana.

El que México tenga un acceso temprano a una solución es una luz al final del túnel (…) y muy probablemente será uno de los países de América Latina que primero tenga estas vacunas, además de que somos de los países en el mundo que también tenemos más ensayos clínicos en curso
Martha Delgado PeraltaSubsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE

La esperanza de encontrar una vacuna se ve opacada por nuevos cierres y un incremento en los casos positivos. Pero el mayor reto al que se enfrenta el Gobierno federal es que en México no se cuenta con una red de ultracongelación para la vacuna Pfizer-BioNTech y al momento de mirar hacia las comunidades más lejanas en el país la situación se complica.

Se estima que las primeras 125 mil dosis de la vacuna estadounidense se aplicarán al personal de salud que atiende a pacientes con COVID-19, mientras que el resto de la población se inmunizará por etapas, debido a que el país no cuenta con la capacidad suficiente para almacenarlas y se corre el riesgo de que un porcentaje pierda su potencia.

La semana pasada la Ssa informó que impartió la primera capacitación de la Estrategia Nacional de Vacunación contra COVID-19.

Durante ocho horas, recibieron adiestramiento 300 integrantes de la dependencia, IMSS, ISSSTE, Pemex, así como personal militar general, de sanidad de la Sedena y la Secretaría de Marina (Semar), quienes participarán en los módulos de vacunación donde se aplicará la vacuna al personal de salud.

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