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El alcalde de Zapopan, Héctor Robles, validó el caos que impera en el área de Aseo Público de su municipio.
Las recientes movilizaciones de empleados de dicho servicio y de los pepenadores del basurero de Picachos, además de entorpecer el servicio la semana pasada, dejaron en claro que existe una pugna por el control de la basura.
Un negocio que -antes del estruendo de marchas y bloqueos- parecía que nadie controlaba.
Pero la realidad es otra, pues con el paso de las administraciones ha sido la manzana de la discordia entre empleados de Aseo Público y pepenadores.
Según funcionarios del Ayuntamiento de Zapopan, la basura recogida cada mañana es patrimonio municipal. Pero el beneficio final del aprovechamiento no es recogido directamente por el Municipio, sino por algunos de sus empleados.
El Municipio prefiere hacerse de oídos sordos y dar a algunos de los sindicatos preferencia en el negocio de la pepena, como una súper prestación para sus empleados: mal pagados y en algunos casos –los sin número- sin contrato.
De este modo, los trabajadores de dichos sindicatos obtienen los beneficios económicos por la pepena. Eso lo denunció el Sindicato Único de Trabajadores Unidos de Zapopan, cuyos líderes acusan a los otros tres sindicatos de ser los beneficiarios del cartón, las latas y el plástico PET, negándoles a los operadores de los camiones la pepena.
Representantes de dicho sindicato revelaron que son los trabajadores los que aportan económicamente para arreglar los desperfectos de los camiones de basura sin que el Municipio haga algo.
De hecho, Zapopan tiene retenido el pago de 3 millones de pesos a la empresa poblana Eco Fénix, impidiendo que se active el proyecto de una planta de transferencia: Un sistema de compactación de basura contratado por 60 millones de pesos en tiempos de Juan Sánchez Aldana y que hoy está en el abandono.
Eso, en opinión del regidor panista Ramón Ramírez Gloria, demuestra que no hay interés de eficientizar la recolección.
Eco Fénix requiere de unos gatos hidráulicos para maniobrar con la basura. Ramírez Gloria asegura que la empresa está en condiciones de ofrecer el servicio que, además de hacer más eficiente su transportación, generaría menos lixiviados en el basurero de Picachos.
Cada paquete se sella a fin de que no genere residuos. Eso permitiría que no haya infiltraciones en los subsuelos, como ya sucede en el basurero municipal (véase, Picachos contamina subsuelo).
Recolección sin orden ni protección
En las casas, las bolsas repletas de basura permanecieron más de tres días, a la espera de que los empleados del Ayuntamiento se las llevaran.
En colonias como Prados Vallarta, los operadores de basura no aparecieron en los primeros días de la semana.
Cuestionados sobre el rezago en su trabajo, dos de los empleados consultados argumentaron que se debía a un problema entre sindicatos y que ellos no pertenecían a ninguno, pues en realidad eran trabajadores “sin número” y solo reciben propinas.
En la conversación señalaron que debido al atraso no podían llevarse bolsas grandes ni los desechos de jardín: “Estamos saturados”, insistió uno de los consultados.
Zapopan es de los pocos Ayuntamientos de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) que aún conserva el servicio de recolección de residuos. En el Municipio de Guadalajara, el servicio fue concesionado hace casi 20 años a una empresa privada.
Y la lógica en que opera el Municipio zapopano pareciera que busca seguir los pasos de los demás Ayuntamientos.
Además, la administración de Héctor Robles se ha caracterizado por concesionar todo tipo de servicios municipales.
En diciembre del 2012, la administración municipal pretendió la firma de más de 20 contratos para diversos servicios, entre otros, asesoría legal, de estrategia, comunicación y de tecnología; entre todos sumaban más de 64 millones de pesos.
El gobierno tuvo que reconsiderar su decisión y solo firmó cerca de la mitad, por la cantidad de 13 millones de pesos (véase Asesorías millonarias).
La situación de caos en Aseo Público ha permitido que toda clase de mafias se apoderen de los desechos que se recolectan. La permisividad ha llevado a que una centena de trabajadores sin número y pepenadores se mantengan en el negocio sin ninguna prestación.
El año pasado la fracción panista exigió que se repartieran 111 nuevas plazas a empleados que llevan más de 10 años colaborando en el servicio de recolección, sin ninguna prestación legal.
Hace mes y medio la petición se realizó, pero el regidor Ramírez Gloria opina que la repartición no solucionó el problema, pues no se dieron plazas a la gente que lo merecía, sino a gente ligada a los sindicatos y algunos regidores emanados del PRI.
“Se hizo una convocatoria a las plazas, con la condición de que se iba a respetar al trabajador más antiguo (…) nos dimos cuenta que mucha gente con siete años, nueve años, 11 años de estar laborando de forma irregular, quedaron fuera del proceso”, indicó en entrevista con Reporte Indigo.
En su lectura, los malos manejos se dieron por anomalías en la convocatoria.
Pues en esta intervinieron sindicatos, algunos regidores y los directivos de Aseo Público y que fue “avalado por la administración municipal”, agrega.
“Al día de hoy es un tema en que el alcalde, en su carácter de presidente de la Comisión de Aseo Público, vuelve a quedar mal”, critica el regidor Ramírez Gloria, quien refiere que desde hace más de tres meses que no sesiona dicha comisión.
“Una vez más la administración vuelve a mentir en este tema y vuelve a permitir irregularidades en aseo, causando una situación grave para la gente que sin ningún beneficio social o de seguridad o económico está trabajando ahí”, concluyó el regidor.