La Procuraduría de Jalisco (PGJ) no documenta ni investiga las desapariciones forzadas o levantones que se han quintuplicado en los últimos 5 años en el estado.
La prueba es que el procurador Tomás Coronado Olmos aceptó que existían denuncias interpuestas desde el año pasado por la desaparición de varias de las 18 víctimas inocentes encontradas en al carretera Guadalajara-Chapala.
Y es que no es la primera vez que en un hecho delictivo coincide la venganza contra un grupo criminal y las amenazas contra la autoridad a la que se le señala como coludida con esta agrupación.
Porque como el propio Coronado Olmos indicó, se trató de una revancha por los asesinatos en Nuevo Laredo, cuya autoría se adjudicó en mantas la agrupación criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
La primera venganza vino después de que el grupo Los Matazetas que formaba parte del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) abandonará 35 cadáveres en Boca del Río, Veracruz.
Desde entonces las revanchas se pagan en Jalisco con víctimas inocentes.
Porque de los 25 cadáveres abandonados en los Arcos del Milenio, luego de la primera masacre que se adjudicaron Los Matazetas, varios resultaron ser víctimas inocentes.
Y la historia se repite con los 18 cadáveres abandonados en Ixtlahuacán de los Membrillos.
Juan Carlos Antonio Mercado alias “El Chato” presunto líder de Los Zetas vinculado a la masacre, declaró que las víctimas fueron levantadas “al azar” para después ser torturadas y asesinadas.
Es una versión que confirmó el procurador y hasta mandó un mensaje a los jóvenes jaliscienses para que se cuiden de ser víctimas de un levantón.
Una recomendación desalentadora si se toma en cuenta que desde el año pasado más de una decena de personas interpusieron la denuncia por la desaparición de alguno de sus familiares.
Y no supieron el trágico destino final de sus parientes hasta meses después, cuando vieron en las noticias el hallazgo de 18 cadáveres en la carretera.
Y es que si las autoridades hubieran investigado luego de que las denuncias fueron interpuestas, quizá se podrían haber salvado más vidas.
Pero los resultados de la inactividad e incompetencia de las autoridades de seguridad son justamente todos estos levantones al azar.
Porque al no reconocer la problemática, el propio gobierno minimiza los expedientes y no inicia una investigación.
De hecho existen varios casos de desapariciones forzadas en los municipios de la Rivera de Chapala, pero con el hallazgo de los 18 cadáveres en Ixtlahuacán, la autoridad no está investigando.
En el Registro Nacional de Personas Extraviadas de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, la tendencia de los 190 casos de desaparecidos registrados en Jalisco es clara.
Más del 70 por ciento se extraviaron en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), pero más del 20 por ciento de los casos fueron al interior del estado, con incidencia significativa en municipios de La Barca y Puerto Vallarta.
Y en cuanto al registro por año es claro que existe una tendencia a la alza: de 2005 a 2010 se registraron 10 veces más casos, pasando de 4 a 42 en dicho periodo de tiempo.
En lo que va de 2010 se han registrado 10 casos, más del triple de los 3 registrados en todo 2006 en dicho padrón.
Desapariciones al interior de Jalisco
En la región Centro y Valles se registran varios casos. Muchos de los familiares de los afectados evitan hablar por temor a represalias.
Las redes sociales y diversos sitios de Internet son los medios con los cuales familiares, amigos y habitantes de diversas zonas del estado buscan a sus desaparecidos.
Antes del hallazgo de la casa de seguridad ubicada en Tala, Jalisco, en donde encontraron una decena de personas secuestradas, fueron los medios por los que muchos de sus familiares dejaron antecedente de que los habían buscado.
El sitio de Internet cyberpueblo.com ha generado comunidades entorno a los desaparecidos de algunos pueblos de Jalisco.
En dicho sitio web se documentó la desaparición de Omar Alonso Jáuregui Vázquez, originario de La Mora, Jalisco en el municipio de Teuchitlán.
La publicación data del 29 de abril de 2012.
En los comentarios que se formaron entorno a la información se dijo que aparte de Jáuregui Vázquez, otros dos jóvenes más habrían sido secuestrados.
Por otra parte, en la página de internet tepehuaje.net, se informó de la desaparición de Ulises López Buenrostro y Juan de Dios Santos Ramírez quienes fueron secuestrados el 27 de abril sobre la carretera Guadalajara-Ameca.
La comunidad del Tepehuaje es parte del municipio de San Martín Hidalgo que a su vez forma parte de un corredor en donde se localizan otros municipios en donde también se registraron secuestros como Ameca y Ahualulco del Mercado.
Se trata de una problemática que afecta a municipios del centro y la región Valles de Jalisco.
En tepehuaje.net se convocó a la Marcha por la Paz realizada por los habitantes del la comunidad el pasado 13 de Mayo, en protesta por los jóvenes que finalmente aparecieron con vida en la localidad de San Juan de los Arcos.
En ese mismo tenor, en marzo de 2012 los medios locales del municipio de Lagos de Moreno informaron sobre la manifestación en contra de la violencia de la localidad.
En dicha protesta se exigió una respuesta a las desapariciones forzadas de Rolando Rosales Flores de 19 años y Jorge Dueñas de 16 años.
De lado de la ribera de Chapala, los medios locales informaron la desaparición de los hermanos Pedro, Armando y Liliana habitantes de San Juan Cosalá cuyos familiares exigieron a las autoridades información sobre las averiguaciones.
Incluso en plena carretera colocaron una manta pidieron su liberación: “son inocentes” decía la comunicación.
Pero las autoridades presumen que ya están muertos y sus cuerpos son parte de los 18 abandonados en Ixtlahuacán, por eso la investigación para encontrarlos no avanza.
En el mismo contexto de las desapariciones forzadas se informó la ausencia de Juan Pedro González Raygoza y José Alfredo Vázquez Partida originarios de Tala, ambos jóvenes que no superaban los 27 años.
Sus cuerpos, fueron localizados el ocho de mayo en el kilómetro 7 de la carretera Ameca en el crucero con Huaxtla.
Reclamos sin eco
Las desapariciones en Jalisco no son recientes, pero sí silenciosas.
En septiembre de 2011 la voz de Guadalupe Aguilar se hizo escuchar durante el quinto informe de gobierno del presidente Felipe Calderón realizado en Jalisco.
Ahí la mujer expuso la desaparición de su hijo José Luis Arana Aguilar ocurrida en de enero de 2011.
El caso de Arana Aguilar fue de los primeros que atrajo la procuraduría social de atención a víctimas del delito y que hasta la fecha no han tenido respuesta.