Familiares de personas desaparecidas y víctimas de feminicidio sufren un calvario en su búsqueda de justicia por el cierre de actividades en los tribunales derivado de la pandemia.
El informe (Des)Protección judicial en tiempos de COVID-19, elaborado por la organización Equis Justicia, muestra que la gran mayoría de los poderes judiciales del país no garantizaron medidas suficientes para asegurar el acceso a la justicia de mujeres víctimas de violencia.
Desde hace más de cuatro años Yessenia Zamudio pide que se esclarezca el asesinato de su hija, en el camino arropó a otras mujeres como Angélica González quien busca a su sobrina Itzel, desaparecida desde el 14 de abril de este año en el estado de Oaxaca.
En entrevista, ambas mujeres relatan la presión que han ejercido a las autoridades para que hagan su trabajo y se les garantice su derecho de acceso a la verdad y justicia.
Feminicidio sin resolver, víctimas en espera de justicia
“Marichuy” era cómo su madre la llamaba, la menor de las hijas de Yessenia tenía 19 años cuando le arrebataron los sueños de aprender a hablar chino y comprar una casa para vivir con su mamá.
A más de cuatro años del asesinato de su hija, la mujer aún toma las calles de la Ciudad de México en cada oportunidad que tiene para exigirle a las autoridades que los culpables de la muerte de su hija reciban su sanción.
María de Jesús, quien era estudiante del Instituto Politécnico Nacional, fue arrojada por una ventana desde el quinto piso de un edificio en Ciudad de México la madrugada del 16 de enero de 2016.
De acuerdo con Yessenia y los testimonios que ha recabado, los culpables son un profesor quien le intentó quitar la ropa a su hija con la ayuda de otro estudiante y otras chicas que los cuidaban para que nadie se enterara de lo que hacían a la joven.
“Mi hija era amorosa, fuerte, con planes de salvar al mundo, con ganas de jugar a nivel profesional básquetbol, era querida por muchos. Recuerdo que en el funeral no cabíamos de tantos que éramos y de lo lleno de flores que estaba”, relata Yessenia.
En 2019, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), comprobó que las diligencias y peritajes realizados en el caso de María de Jesús fueron erróneos o incompletos, pues encontraron fallas como violación al debido proceso, omisiones en validar un contexto con perspectiva de género, falta de asesoría jurídica y violencia institucional.
Las primeras indagatorias señalaron que la muerte de Marichuy se trató de un homicidio doloso. Sin embargo, en septiembre de 2019, el caso fue reclasificado como feminicidio por el análisis de pruebas presentadas por Yessenia, la madre de la víctima comprobó a la autoridad que su hija sufría acoso en la escuela.
Con la creación de la nueva Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio y de las reuniones que ha mantenido Zamudio con personal de la misma, lamenta que no se avance en el proceso contra los culpables.
Desaparecer en cuarentena
El 14 de abril pasado Itzel González se dirigía a casa de uno de sus tíos pero no llegó a su destino. De acuerdo con sus familiares, fue vista por última vez en la colonia Grajales de Tuxtepec, Oaxaca.
La joven de 20 años es querida por toda su familia. Por su aspiración de querer ayudar a la gente y por su gusto de hacer labores altruistas fue que decidió estudiar la licenciatura en enfermería en la Universidad Papaloapan.
“Hace dos meses las autoridades de la localidad dijeron que nos mantendrían informados pero ya no sabemos nada. Al principio, cuando fuimos a poner la denuncia nos dijeron que se fue con el novio pero eso es mentira, ella jamás haría eso, es una chica de casa, dedicada a sus estudios, es inaceptable que nos digan eso para evitar buscarla”, sentencia Angélica.
Datos de la Comisión Nacional de Búsqueda indican que en México hay registro de 74 mil 854 personas desaparecidas o no localizadas. Itzel se convirtió en una de las víctimas sin que hasta el momento las autoridades hayan presentado un avance sobre su caso a más de cuatro meses de que se reportó su ausencia.
Al primer mes de su desaparición nos dijeron que detuvieron a una persona, los agentes de la Fiscalía comentaron que este sujeto estuvo usando el celular de mi sobrina hasta el 17 de abril, pero resulta que el tipo no quiere declarar. Nosotros queremos que coopere, que nos ayude a saber dónde está, no queremos vulnerar sus derechos, lo único que queremos es que nos ayude a que ella vuelva”, relata la tía de Itzel.
Al no contar con las respuestas suficientes de las autoridades locales, la familia de la joven viajó a la Ciudad de México para poder hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador y así les ayude con la búsqueda.
“Fuimos a Palacio Nacional y entregamos un documento para pedir que nos eche la mano porque ya estamos desesperados, la Fiscalía de Oaxaca no ha hecho más por nosotros, ya son cuatro meses de vivir en esta incertidumbre, de ver a sus padres que quieren salir corriendo pero no saben dónde buscarla, de sentirnos impotentes todos porque solo queremos que regrese”, describe Angélica.
De acuerdo con la familiar de la joven, hasta el día de hoy la Fiscalía local no ha puesto un pie en la casa donde vive Itzel junto con su hermana, no han buscado en su computadora ningún indicio que pueda dar pistas sobre su paradero.