Un juez de control vinculó a proceso a cuatro servidores públicos y un ex empleado de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX (FGJCDMX) por el delito de negación del servicio público, tras su negligencia ante la desaparición de la niña Fátima Cecilia, víctima de feminicidio en febrero.
De acuerdo con la imputación del Ministerio Público de la Fiscalía para la Investigación de los Delitos Cometidos por Servidores Públicos, las cinco personas:
“no atendieron correctamente una denuncia por la desaparición de una persona menor de edad, quien posteriormente fue localizada sin vida en Tláhuac”.
Tras una audiencia inicial, el juez ratificó una suspensión temporal del cargo para los cuatro funcionarios: Delfino J.A., quien se desempeñaba como Responsable de Agencia y atendió de forma indebida a la madre de la niña, retardó su solicitud y la remitió a la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIPEDE).
La cadena continúa con Edgar Emilio V.B., agente del Ministerio Público que tardó más de ocho horas en iniciar una carpeta de investigación por la desaparición de la niña.
Otra implicada es la policía de investigación Liliana P.T., quien recibió los oficios para la localización de Fátima pero no los entregó para iniciar la búsqueda.
El resto son dos policías de investigación: Ramón R.B., acusado de llevar a cabo una investigación deficiente; y Fidel S.R., por retrasar la investigación.
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— Fiscalía CDMX (@FiscaliaCDMX) November 18, 2020
El último, quien anteriormente renunció a la Fiscalía, fue sometido a una firma periódica quincenal ante la Unidad de Medidas Cautelares y se le prohibió acercarse a la Fiscalía de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
En febrero, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, calificó como “una cadena de negligencias institucionales” a la actuación de las autoridades, quienes facilitaron la desaparición y complicaron la búsqueda de la niña.
El feminicidio de Fátima Cecilia
Cuando Fátima Cecilia llegó a su escuela el 11 de febrero, no sabía que era la última vez que vería a sus compañeros, abriría un libro y tomaría clases sentada en su pupitre.
Ese día, al salir de su escuela en Xochimilco, la niña de siete años fue secuestrada por Gladis “N” quien, al ser una conocida de la familia, no causó desconfianza en la pequeña ni puso resistencia para irse con ella.
Cuatro días después, su cuerpo sin vida fue encontrado cerca de su escuela, dentro de un costal, con huellas de violación y tortura. Tras las investigaciones, la Fiscalía detuvo a Gladis “N” y Mario Alberto “N”, presuntos responsables de los delitos de feminicidio y secuestro agravado.
Días después, Gladis confesó que Mario Alberto la había amenazado con que, en caso de que no le entregara una “novia joven”, él abusaría sexualmente de sus hijos. Por ese motivo secuestró a Fátima, le puso un vestido, le pintó las uñas y se la entregó al violador. Luego, la propia Gladis decidió asfixiarla con un cinturón. Entre los dos abandonaron el cuerpo en un terreno baldío.
Fue Irma Reyes, la tía de Mario Alberto “N”, quien delató a los secuestradores y feminicidas de Fátima; pues ellos se habían escondido cerca de su domicilio, en el Estado de México. Tras ver las noticias, Irma los reconoció y denunció ante las autoridades:
“Bajo y los encaro. Les dije, díganme la verdad, ¿ustedes hicieron esa infamia?, están en la tele. Ustedes fueron, ¿verdad? Su reacción fue de aceptación. Yo me enojo y les digo, no puede ser, ¿por qué vienen a meter a problemas a la familia si yo les di mi apoyo?”.
