El país se encuentra a pocas semanas de vivir la fiesta electoral más grande de la historia, pero no todos están invitados. Debido a la falta de reformas, presupuesto y voluntad política, millones de mexicanos que radican en el extranjero quedarán fuera.
Pese a los esfuerzos del Instituto Nacional Electoral (INE), institutos electorales locales, especialistas y asociaciones de la sociedad civil, no todos los connacionales que radican en el extranjero podrán votar y mucho menos ser votados.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece en su artículo 329 que todos los ciudadanos mexicanos que residan en el extranjero podrán votar en la elección presidencial, por senadores, así como por gobernadores y jefe de Gobierno, siempre y cuando lo determinen las Constituciones locales.
Los mexicanos que radican fuera del país serán capaces de votar por los gobernadores de Baja California Sur, Chihuahua, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas. Además los capitalinos y jaliscienses que radican en el extranjero podrán elegir a un diputado para su Congreso local.
De acuerdo con estimaciones del Instituto de los Mexicanos en el Extranjero, en 2017 había más de 11.8 millones de connacionales con la posibilidad de votar, aunque organizaciones sociales en pro del voto migrante hablan de hasta 20 millones de potenciales votantes.
En las elecciones presidenciales de 2018, solamente votaron 98 mil 854 mexicanos en el extranjero y solo había registrados 181 mil 256 en la lista nominal, una representación de menos del 2 por ciento de la comunidad mexicana que radica en el exterior.
Entre los principales problemas que originan la falta de participación se encuentran las complicaciones para poder acceder a una credencial de elector, lo costoso del voto y en Estados Unidos, el miedo de ser deportado al emitir un voto postal.
“Hubo dos factores importantes que incidieron para que la elección no fuera tan numerosa en 2018, uno es el tema del miedo, el discurso antimigrante y antimexicano de Trump ocasionó que los mexicanos tuvieran temor a dar sus datos y recibir en su domicilio la boleta electoral, pero con el voto electrónico se va a poder superar.
“Además hace falta una cultura de participación política en la comunidad mexicana en Estados Unidos, nosotros nos damos cuenta de que (los migrantes) no tenían en México la cultura de la participación. La cultura que se quedó con ellos al momento de irse, fue la cultura de que las elecciones no eran legales, de que había fraude”, comenta el exconsejero del INE, Enrique Andrade.
Ahora, en esta ocasión, el panorama ha cambiado. En 2018, más del 80 por ciento de los votantes radicados en el extranjero lo hizo desde Estados Unidos, país que hace unas semanas demostró la importancia del voto postal y de la participación de la comunidad latina para terminar con el sueño reeleccionistas de Donald Trump.
Con los miedos disipados, los migrantes que radican en el extranjero podrían salir a votar en mayor número, aunque su participación sigue siendo limitada por las leyes electorales que no terminan de dejarlos entrar y por la falta de voluntad política de los partidos políticos para ceder candidaturas.
Para el exconsejero del INE faltan más reformas para garantizar el voto de los mexicanos en el exterior, un derecho al que apenas se pudo acceder en 2006, elecciones en las que los connacionales pagaban los gastos de envío de sus votos.
Uno de los temas más importantes en los que se necesita legislar, comenta Andrade, es el de las diputaciones migrantes, ya que hay estados que son de los más expulsores, como Michoacán, Guanajuato o Puebla, y los connacionales que radican en el extranjero no pueden elegir a sus representantes en el Congreso local.
“Un tema muy importante es el de los diputados migrantes, hay lugares en donde es imperdonable que no lo tengan, lo menos que se puede pedir es que las personas que mantienen prácticamente con sus remesas a buena parte del estado, tengan una representación, ya que estos agentes binacionales conocen las problemáticas de los paisanos y hacen que se escuche su voz en el Congreso”, señala.
Después de garantizar la posibilidad de que los mexicanos en el extranjero elijan a los 32 gobernadores del país y tengan representación en la mayoría de Congresos locales, Andrade señala la necesidad de que puedan elegir a los alcaldes de sus municipios, ya que es en su comunidad donde se encuentra el arraigo, sus familias y la mayoría de los problemas que los orillaron a migrar.
Falta de voluntad para integrar a mexicanos en el extranjero
Durante el año pasado, Enrique Andrade, junto con la asociación Fuerza Migrante, realizaron las gestiones y estudios necesarios para que el INE emitiera una acción afirmativa para que en la Cámara de Diputados federal se cedieran 6 curules de representación plurinominal a legisladores migrantes.
Cinco de ellos para cada una de las circunscripciones y un asiento más para la primera circunscripción, territorio que expulsa a más migrantes. La propuesta se encuentra congelada en la Comisión de Vinculación para los Mexicanos en el Extranjero del órgano autónomo.
“No transitó, digamos que no hubo tiempo para que pudiera transitar vía lineamientos del INE, y tampoco había tiempo para una reforma legal. Desgraciadamente no se pudo hacer, yo no sentí que hubiera una resistencia abierta por parte de los partidos políticos, pero a lo mejor tampoco hubo una voluntad tan echada para adelante para hacerlo.
“Ahora, será una responsabilidad de los partidos políticos en 2021 postular a diputados migrantes, aunque no sea una obligación espero que no dejen fuera a quienes ahora llamamos héroes y que están sosteniendo una de las partes más importantes de nuestra economía”, concluye, el exconsejero del INE.