Voto migrante, la última batalla
A partir de hoy los mexicanos que residen en el extranjero podrán empezar a emitir su voto para elegir al próximo presidente de México, sin embargo, a pesar de que la participación aumentó en relación al 2012, los migrantes insisten en que ninguno de los partidos los representan y que las autoridades electorales aún los ignoran
Rubén Zermeño[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_m3bli1wi” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] Los migrantes mexicanos son discriminados en ambos lados de la frontera. En Estados Unidos se enfrentan a un gobierno adverso que no los reconoce como ciudadanos y a un presidente que los llama “animales”. En México, no tienen voz ni voto.
Pese a las adversidades de estar en un país ajeno y de haber dejado toda una vida atrás por falta de oportunidades, los migrantes mexicanos que viven en el extranjero están cerca de completar su revancha y el campo de batalla serán las urnas.
La elección será tan exclusiva como una fiesta VIP, sólo unos pocos residentes en el extranjero están invitados. Para conseguir los pases de entrada los mexicanos tuvieron que sortear una serie de requisitos entre los que se encuentran registros y controles de identidad extremadamente complicados y burocráticos.
Sin embargo el día llegó y hoy, 21 de mayo, los mexicanos que radican en el extranjero comienzan a votar.
Para poder hacer valer su derecho, los connacionales superaron las dificultades y filtros que los órganos electorales les pusieron y finalmente llegaron al final del pasillo listos para emitir su sufragio.
Aunque en Estados Unidos existen más de 20 millones de mexicanos que potencialmente podrían votar, solamente 150 mil de ellos podrán hacerlo. Su voto será limitado pero representativo, no podrán definir una elección pero si mandarán un mensaje e influirán en el voto de sus familiares en México.
De ellos 152 mil 337 radican en Estados Unidos, 6 mil 976 en Canadá, 3 mil 641 en España y 3 mil 153 en Alemania. Desde esas latitudes comenzarán a mandar desde hoy y sólo por vía postal los votos
La fecha límite para recibir las boletas es el 30 de mayo, mientras que para regresarlas ya tachadas el plazo límite será la tercera semana de junio.
Mientras las autoridades electorales se jactan de haber aumentado en un 300 por ciento el voto en el extranjero, asociaciones migrantes y especialistas coinciden en que el proceso para que pudieran hacer valer su derecho de voto fue complicado y lleno de trabas.
“Se las ingeniaron para anular básicamente el voto migrante y eso no puede ser, esa es la inconformidad que todos tenemos aquí”, comentó a Reporte Indigo Jaime Lucero, presidente de la asociación Fuerza Migrante.
La inversión del voto en el extranjero durante estas elecciones fue de 270 millones de pesos, es decir, cada voto costó en promedio mil 489 pesos.
Un voto barato en comparación a lo que costó en 2006 (8 mil 154) y en 2012 (2 mil 628).
En las elecciones presidenciales pasadas se registraron 59 mil 115 votos, de estos votos, el 42 por ciento fueron para Josefina Vázquez Mota, el 39 por ciento para Andrés Manuel López Obrador y el 16 por ciento para el actual presidente, Enrique Peña Nieto.
En esta ocasión la agenda de los candidatos a la Presidencia de la República tampoco cumple las demandas ni llena los vacíos que buscan los migrantes, es por eso que los mexicanos que viven en el extranjero no suscriben ni apoyan abiertamente a ninguno de los cuatro contendientes.
Lo que sí tienen presente es que cuando salieron del país el Partido Revolucionario Institucional o Acción Nacional gobernaban, por lo que la mayoría de ellos buscará otras opciones. El voto de castigo y el voto de confianza serán las constantes en estas elecciones.
Con el corazón en México pero sin voto
Gabriela Pérez llegó en 1989 a Estados Unidos proveniente de Oaxaca huyendo de un pasado adverso. La mujer ya es ciudadana estadounidense, sus hijos crecieron en aquel país, invierte más de 100 mil dólares al año en México y por más que lo intentó no podrá votar.
“Mi sentimiento es de frustración porque yo a pesar de que vivo aquí en Estados Unidos y que mi hijos nacieron aquí, mi sentimiento está en México al igual que todo el resto de mi familia”.
Desde hace 3 años, Gabriela ha intentado sacar su credencial, lo ha hecho en Estados Unidos y en México cuando vienen a comprar artesanías. De ningún lado de la frontera ha tenido éxito.
Desde hace 6 meses Gabriela intentó sacar la credencial de elector en Estados Unidos, según ella, cumple todos los requisitos, es mexicana y tiene su acta de nacimiento. Se presentó en el consulado y dos meses después a través de un mensaje le dijeron que había “inconsistencias en el sistema”, que volviera a realizar el trámite y mandara nuevamente sus papeles.
La operación la realizó en dos ocasiones más, ya no recibió respuesta ni solución, en cambio sí fue víctima de malos tratos por parte del personal que la atendía.
Para todas las dudas e inconsistencias, el órgano electoral puso a disposición INETEL con el número: 1 (866) 986 8306, un teléfono que según los migrantes nunca funcionó.
“Si usted intenta hablar por teléfono, porque lo intenté muchas veces, simplemente no contestan, así de fácil (…) Aquí mismo cuando vino el presidente del INE, Lorenzo Córdova, una persona le dijo ‘esto no puede ser, está este número de teléfono y no contestan’ al mismo presidente del INE no le contestaron el teléfono que viene en los papeles”, recordó Gabriela.
Ya que ella no podrá votar, actualmente se está dedicando a promover el voto entre compañeros, amigos, paisanos y familiares. En el camino se ha encontrado con cientos de historias similares a la suya.
Gabriela desea votar porque que quiere hacer una diferencia, busca un cambio. Aunque ya vive en Estados Unidos desde hace casi 30 años su corazón sigue viviendo en México y ella seguirá siendo mexicana hasta que muera.
“Estoy mucho muy interesada en votar. Yo invierto todo mi dinero en México, en ayudar a los mexicanos, es mi sentimiento de patriotismo. Cuando voy a México y veo tantas cosas que pasan allá se me salen las lagrimas”, dice Gabriela con la voz entrecortada.
Miguel Ángel Pérez Rodríguez sí podrá votar, pero no así cientos de mexicanos migrantes que conforman la asociación que él preside, el Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica.
“Hubo muchas cosas que no se cumplieron, no puedo culpar directamente al INE pero sí a todo el sistema político que tenemos en México”, denunció Miguel.
El activista recordó que primero el INE les prometió el voto electrónico y credencialización rápida y sin trabas, nada de esto pasó.
“Al principio nos dijeron que iba a haber voto electrónico, después nos dijeron que siempre no, luego dijeron que aquellas personas que nos registramos para obtener nuestra credencial íbamos a poder hacerlo sin problema, nos iban a mandar la boleta. Pero cuando empezamos a activar nuestras credenciales pedían el número de folio de cuando tramitamos la credencial, mucha gente lo perdió. Después dijeron que por internet, no todos tienen”.
El viacrucis siguió, la segunda caída vino cuando les exigieron que debían de hacer una petición de que se tenía intención de votar y la tercera cuando se desconectaron los teléfonos y dejaron de hacerles caso.
“Al final de todo esto, es una tristeza que se haya gastado tanto dinero porque solamente van a ser 180 mil personas las que van a votar. Ahora hay que esperar que todos lo hagan. No sabemos qué porcentaje se pueda perder en el correo. ¿Y el resto? ¿Qué va a pasar con ellos?
Para Miguel, los migrantes son una amenaza para el sistema político mexicano y es por eso que quieren coartar su voz, sus derechos y sus votos.
“Yo creo que es porque los partidos políticos, todos en general, saben el poder político que tenemos los migrantes y debido a esto yo creo que le miden muy bien el agua a los camotes y quieren evitar que nos involucremos totalmente porque podríamos ser un poder muy fuerte”, concluyó Miguel.
Complicado desde su concepción
No sólo comunidades de migrantes denuncian lo complicado que está siendo el voto mexicano en el extranjero, también lo hacen especialistas y expertos en derecho electoral.
Para César Astudillo, el asunto es complicado desde su concepción.
“Las normas que están en la Lgipe (Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales) para permitir el voto en el extranjero fueron muy rígidas en su concepción original. En el modelo anterior del Cofipe (Código Federal de Instituciones y Procedimientos electorales), el problema que se tenía era el de la credencialización, pues no se permitía realizar el proceso desde el extranjero”, recordó el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Si bien los procedimientos electorales se flexibilizaron con el nuevo Código, sigue siendo muy complejo y complicado, como el hecho de que el voto en el extranjero siga siendo postal y que el INE haya tenido que trabajar junto a la Secretaría de Relaciones Exteriores para poder credencializar.
“Todo este trámite es muy complejo, solamente los que realmente tuvieron la vocación de seguir todo el papeleo y los trámites son los que hoy van a poder votar. Es un trámite que muchos comenzaron pero al ver la complejidad lo dejaron a medio camino”, declaró Astudillo.
El especialista coincide con las estadísticas, el voto en el extranjero siempre ha sido y será durante las elecciones un voto opositor, y aunque no será representativo por el pequeño número de mexicanos que votarán, si mandará un mensaje.
“Cuantitativamente no es representativo, claramente en un contexto en donde en números cerrados vamos a poder acudir a votar 89 millones, 180 mil son un porcentaje menor (…) pero cualitativamente si se pueden destacar, porque claramente va a ser un mensaje, si de los 180 mil registrados, 150 mil votan y 120 mil votan por un sólo personaje te da una idea de que son votantes que advierten que hay una preocupación y que tratan de incidir”, agregó Astudillo quien finalizó diciendo que el próximo presidente deberá de mejorar las políticas para promover y fortalecer el voto migrante.
El candidato que gane debe de implementar políticas en este sentido porque la diáspora en nuestro país es muy alta y se deben de tomar decisiones”, concluyó.
La fuerza migrante
Para Jaime Lucero, presidente de la asociación Fuerza Migrante, el voto mexicano en Estados Unidos podría definir una elección, por eso las trabas y los candados.
El empresario mexicano que radica en la Costa Este dijo que ante la negativa de los candidatos a la presidencia de suscribir su agenda, por sus propuestas ambiguas y por su falta de compromiso, optaron por no hacer ninguna alianza con algún partido.
“Están muy lejos de cumplir lo que nosotros queremos, piensan que no vale la pena o simplemente pertenecen a las líneas partidistas de no dejarnos pasar y de no darnos posiciones. Vamos a esperar a 2024 a que seamos un partido político y podamos tomar estas decisiones desde el punto legal”, sentenció Lucero, quien piensa convertir en los próximos comicios a su asociación en un partido político que represente realmente a los migrantes.
Por lo pronto, dice que gane quien gane tendrán que trabajar junto con él.
“Para nosotros gane quien gane, nos tendríamos que sumar al ganador, lo eligió el pueblo, hemos aprendido a vivir en democracia, gane quien gane tenemos que aprender a vivir con él, a acercarnos. Ojalá quien gane quiera trabajar para integrarnos, porque no somos una fuerza que se pueda ignorar para siempre”, sentenció el activista.
Si bien el voto de los mexicanos en el extranjero apenas comienza hoy, Jaime Lucero señala que la mayoría de los migrantes en Estados Unidos ya decidieron por quién votar.
“Ahorita los votos que se van a emitir serán llevados por la percepción, tenemos un candidato que va muy adelante y los migrantes no quieren ir por los otros dos partidos tradicionales, quieren probar algo nuevo, darle el beneficio de la duda y así van a ir la mayoría de los votos aquí, ese es el sentir de la gente, lo que nosotros percibimos”.