Monterrey está viviendo un problema de mandos.
Pero no solamente entre las autoridades municipales, estatales y federales que combaten al crimen en la ciudad.
También entre los líderes de la organización delictiva de Los Zetas hay conflictos.
Muchas células de esa agrupación están trabajando por su cuenta cometiendo actos delictivos adicionales a las órdenes que reciben de sus jefes jerárquicos.
Con la adherencia a esa organización, las armas, las camionetas y la impunidad, los criminales están operando por su cuenta en secuestros y asaltos.
Y es que en la medida en que no llegan los recursos para todos por semana, o simplemente los delincuentes ven la posibilidad de obtener más dinero con sus fechorías, cada vez más células organizan sus propias acciones ilegales.
Reporte Indigo publicó el jueves 16 de agosto que fuentes extraoficiales informaron que una importante célula de Los Zetas de Torreón, Coahuila, llegó a Monterrey para trabajar por su cuenta en delitos de alto impacto.
Situación que puso en alerta a varios municipios, entre ellos San Pedro y Santa Catarina.
Precisamente en este último municipio donde la madrugada del viernes el Ejército mató a un delincuente y otros más huyeron, luego de que tenían a una mujer secuestrada en una quinta cercana a la colonia Bosques de la Huasteca.
Misma colonia de Santa Catarina donde tuvieron al empresario sampetrino Damián González del Río plagiado desde el 30 de julio hasta el 4 de agosto, cuando apareció muerto.
Esto, porque José Ángel Álvarez Lázaro, alias “El Gogy” o “Pelón”, ex chofer del empresario, se acercó con una de estas células huérfanas de Los Zetas, para junto a ellos secuestrar al González del Río.
De tal manera que organizó el secuestro junto con José Fidencio Armendáriz Guardiola, alias “El Mounstruo”, José Antonio Porras Ramírez “El Hecho Garras” y Diego Zarate Ibarra “El Negro”.
Un acto que fue una decisión de esta célula, además de lo que les ordenan sus jefes de ese grupo delincuencial.
Los cuatro fueron detenidos, aunque todavía hay parte de este grupo que continúa prófugo.
Estas operaciones de las células huérfanas están terminando por evidenciar que Los Zetas crecieron tan rápido y se extendieron por todo el país, cuando realmente no pueden controlar a todas sus ramificaciones.