Ni duda cabe que los políticos no cambian. Lo que cambia son las circunstancias.
Y este es el caso de Luisa María Calderón.
Hasta hace pocos meses, la hermana de Felipe Calderón acusaba al gobernador Fausto Vallejo y a su hijo de estar involucrados con la delincuencia organizada.
Al gobernador Fausto Vallejo porque “gente de la campaña de Fausto fue a negociar con el crimen organizado quién podía ganar la elección’’.
Y al hijo, porque “se dice que alguno de ellos está muy vinculado con el crimen organizado, que tenía antros”.
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