A mil 600 kilómetros de distancia de donde se enfrentaron hace 36 años para definir al campeón del mundo, Argentina y Holanda vuelven a verse las caras en un partido donde los europeos buscarán sacarse la espina.

Si en aquella ocasión los argentinos buscaban evitar que una selección del viejo continente les arrebatara la gloria ante su propia gente, hoy se convierten en el último representante de América que puede detener la nueva conquista europea.

Hoy más que nunca, aquel lema de América para los americanos y Europa para los europeos corre peligro.