Los chinos no se andan con juegos, quieren ser sede de una Copa del Mundo y quieren comenzar a ser protagonistas del futbol, por ello, no conformes con contratar a los mejores futbolistas del planeta, ahora van por los clubes.
El ejemplo más grande es la compra del AC Milan, de Italia del que era dueño el magnate y político Silvio Berlusconi.
La sociedad Sino-Europe Investment Managemente Changxing tendrá el 99.93 por ciento del equipo rossonero a cambio de 740 millones de euros.