Los precios del azúcar en Estados Unidos, el cuarto mayor consumidor global de esta mercancía, son ligeramente más altos que en el resto del mundo por políticas diseñadas para proteger a sus productores domésticos. 

Pero este año esa diferencia se disparó hasta 58 por ciento, gracias al encarecimiento del azúcar estadounidense en un momento en que los precios internacionales se acercan a su nivel más bajo en más de cinco años

En el siglo 21, no todos los conflictos entre países se luchan con ejércitos. La globalización convirtió en poco rentable las luchas armadas debido a que una relación comercial próspera trae más beneficios que una conquista.

Sin embargo, con este nuevo entorno surgieron también nuevas tácticas de combate en la forma de barreras comerciales, que tanto México como Estados Unidos han aprovechado a su favor.

La construcción de muros y el aumento de patrullaje en la frontera no están teniendo el efecto esperado. Ante los hechos, el Congreso de Estados Unidos busca cambiar de táctica y promover el comercio con su país vecino. 

La propuesta de reforma migratoria actual analiza la reducción de costos en la frontera con el objetivo de incentivar el comercio entre los países. 

Con esto, se espera promover la creación de empleos en México y, por lo tanto, reducir el número de personas que buscan migrar para encontrar mejores condiciones económicas.

El pasado lunes 8 de octubre,  la Secretaría de Economía informó que México ingresó de manera formal a las negociaciones en el Acuerdo de Asociación Transpacífica o TPP como se conoce en inglés.

Se trata de un acuerdo de libre comercio entre países de la zona del Pacífico al que México llegó tarde, pues se firmó desde el 2005 por los miembros originales, sumándose nuevos socios cada par de años.

Comercio, migración y seguridad son las tres palabras clave para entender la frontera México-Estados Unidos.  Pero es basado en la primera en cómo se podrá comenzar a construir la frontera del siglo 21.

La relación comercial es el corazón que mantiene viva la relación fronteriza pese a los problemas de seguridad.

De acuerdo a Christopher Wilson, especialista en México del Woodrow Wilson Center, México y Estados Unidos “ganan y pierden competitividad juntos y necesitamos una frontera que funcione bien, de la manera como la economía está estructurada ahora”.