El empantanamiento padecido en el Congreso de la Unión a lo largo de las últimas legislaturas lo ha pagado la Nación desde que ha sido imposible imponer las leyes relativas a las reformas estructurales. El egoísmo, la inquina, los intereses inconfesables, la mezquindad y la vileza en sus diversas manifestaciones, se hicieron presentes para impedir la evolución política de México de la que son responsables los representantes populares cómodamente instalados en las cámara de diputados y de senadores (que de H.
Francisco Martín Moreno