Ronaldinho esgrime la última excusa que le faltaba para llenar de piedritas el costal de la paciencia de la directiva del Querétaro que seguramente, después de esta indigestión chafa, comenzará a trazar el PLAN “B”: dejar ir al exfigura para concentrarse solamente en hacer el un revulsivo al vestidor con la única consigna, compromiso o adiós.
A lo mejor “Dinho” tenía la exclusiva del jacuzzi con agua caliente y burbujitas de aroma.
Le queda grande...
Alfredo Domínguez Muro