El gobernador Rodrigo Medina trató de desligarse de la debacle electoral que sufrió el domingo el PRI en Nuevo León, incluyendo la derrota aquí del virtual presidente de México Enrique Peña Nieto.

Medina endosó la derrota electoral a los candidatos a cargos de elección popular que fueron postulados por su partido político.

Aclaró que el domingo, durante la jornada electoral, su administración no estuvo sometida a la votación de los electores regiomontanos.

Porque su administración no estaba en la boleta electoral para ser votada.

Con menos de un punto de diferencia de sus adversarios albiazules, las priistas Marcela Guerra e Ivonne Álvarez se perfilan como las ganadoras en la elección para el Senado por Nuevo León con el 37.12 por ciento de los votos.

Sin embargo, la diferencia que las separa de los panistas Raúl Gracia y Alejandra Sada pudo haberse incrementado si el PRI no hubiera cometido un error estratégico durante estos comicios: no advertir de los votos nulos.

La jornada electoral del domingo dejó en Nuevo León grandes perdedores, pero también ayudó para que un grupo político consolidara su proyecto político rumbo al 2015.

El gobernador priista Rodrigo Medina, que arrastró a una debacle al PRI en las elecciones de este domingo, es el gran derrotado de los comicios celebrados este 1 de julio en el estado.

Medina ahora tiene que enfrentar incluso acusaciones de haber traicionado la causa del próximo presidente de México Enrique Peña Nieto, así como del compadre de éste, Felipe Enríquez.

Los próximos alcaldes panistas de Monterrey y San Pedro, Margarita Arellanes y Ugo Ruiz, tendrán que iniciar sus gobiernos haciéndose una limpia para despojarse de los estigmas que acompañan el ascenso de sus carreras políticas ligados con la neocúpula del PAN.

El triunfo que obtuvo el domingo la virtual alcaldesa de Monterrey en las elecciones de Monterrey coloca a la ex delegada de Sedesol en una clara posición: desligar su proyecto de la influencia del ex alcalde Fernando Larrazabal, líder de la neocúpula del PAN.

La geografía de los 12 distritos electorales de Nuevo León se dividió en estas elecciones.
El PAN arrebató al PRI dos diputaciones federales, con lo que se iguala el marcador político en la entidad.

Estas posiciones fueron acaparadas por los neopanistas dirigidos por uno de los candidatos que lleva delantera: Fernando Larrazabal.

Sólo dos panistas quienes no pertenecen a este grupo, Homero Niño de Rivera y Alberto Coronado, obtuvieron la victoria en los distritos 1 y 6, respectivamente.