Tras 50 días de intensos ataques, los habitantes de Gaza viven al fin un periodo indefinido de júbilo y calma.
Esperan que esta nueva tregua de “largo plazo”, que pactaron el Gobierno de Israel y el grupo palestino Hamás este martes, signifique un camino hacia la paz permanente.
Sin embargo, los festejos en las calles de Gaza contrastan con las ruinas que quedaron de los bombardeos y con la opinión de analistas internacionales, quienes señalan que el nuevo pacto no representa alguna novedad, ni garantiza un acuerdo durable.
Pedro Pablo Cortés