La paciencia se le ha agotado a la administración del presidente estadounidense Barack Obama con respecto a la cruenta guerra civil en Siria.
Hace un año, el mandatario advirtió los límites en el conflicto bélico que, de ser superados, una intervención estadounidense sería inminente.
“Hemos sido muy claros con el régimen de (Bashar) Al Assad (…) que la línea roja para nosotros es si vemos un montón de armas químicas desplazarse o siendo utilizadas”, dijo Obama el 20 de agosto de 2012, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Jorge Mireles