Si bien el impuesto llamado Robin Hood que implementará Francia hace evidente que falta mucho por hacer para perfeccionar la manera en la que se recauda, se puede decir que como civilización hemos avanzado bastante.
En las épocas medievales, abundaban los impuestos absurdos e ineficientes.
Por ejemplo, en Inglaterra se instauró un impuesto a la barba en 1535. Por supuesto que este impuesto, cobrado a todos los hombres que preferían mantener su vello facial por más de dos semanas, era casi imposible de evadir.
Eduardo Flores