Recibimos el 2015 con ansias de que en la seguridad suceda algo sorprendente, quizá como nos lo hemos repetido hasta el cansancio desde el sexenio pasado. Pero para las víctimas de la delincuencia al final del año 2014 las cosas no pintaron bien para la cena de las 12 uvas.
Porque hay quienes hicieron su “diciembre” en el marco de la impunidad que estamos viviendo.
He conocido ya varios casos de llamadas de extorsión telefónica que, lamentablemente, terminan en delitos consumados.
Indira Kempis