He escuchado eso cientos de veces, no solamente cuando hemos protestado por algo, incluso con el sólo hecho de sacar temas importantes para debatir en una conversación.
También es la mejor forma que han encontrado los regiomontanos para evadirse de una realidad que le duele en los bolsillos, pero aún con eso, protestar no ha sido valorado como un derecho, sino criminalizado como una forma de “no hacer nada”.
Indira Kempis