La austeridad es una palabra que no conocen en los rumbos del Instituto Nacional Electoral (INE).
Mientras algunas dependencias y programas gubernamentales verán disminuidos sus recursos económicos para el próximo año, en el INE se preparan hasta para tener sede nueva.
Y no será cualquier sede. Se trata de un complejo que tendrá hasta instalaciones deportivas.
A ello se suman los privilegios de que gozan sus consejeros electorales. Sueldos y prestaciones millonarias a las que solo pocos tienen acceso en el país.
Imelda García