La excentricidad de este millonario nunca tuvo límites. Ricardo Fort, el heredero de una de las empresas más antiguas de Argentina, nunca se alejó de la farándula ni de la polémica mientras estuvo vivo. Rompió con el mandato familiar de seguir el negocio que inició su abuelo y se dedicó a una carrera artística. Sus viajes a Miami, su gusto por los Rolls Royce, sus decenas de cirugías estéticas, pero sobre todo sus relaciones personales fueron documentadas por la prensa.
Bailando por un sueño
Indigo Staff