La crueldad hacia los rohingya, una minoría musulmana perseguida en Mianmar, al igual que hacia bengalíes y otros migrantes, parece no tener límites en el sudeste de Asia.
Luego de semanas de reportes sobre miles de migrantes varados en el mar –sin comida y sin agua– en su intento de llegar a Indonesia, Tailandia y Malasia, el Gobierno malasio confirmó el hallazgo de fosas comunes de supuestas víctimas de contrabando.
Indigo Staff