Ni siquiera un “usted disculpe” le dijo el juez que lo liberó. Tuvo que pasar 10 años en la cárcel para demostrar que era inocente.
El gobierno de Vicente Fox lo acusó de lavado de dinero y delincuencia organizada, que a final de cuentas no pudo demostrar. Todo se fundó en suposiciones de la Procuraduría General de la República (PGR) a la que hoy ha demandado, no para que le devuelvan los diez años de cautiverio injusto, sino para ayudar a sentar el precedente sobre el uso en México de la justicia con fines políticos.
J. Jesús Lemus