Activistas de todo el mundo planean un boicot contra la compañía Ralph Lauren, pues opinan que prefiere proteger sus ingresos que la calidad de vida de las personas que producen la ropa que venden.
En los últimos meses, activistas por los derechos humanos han dirigido sus esfuerzos a la lucha por las condiciones de trabajo en las maquiladoras textiles, especialmente en países asiáticos, donde la mano de obra es barata y las circunstancias se consideran infrahumanas.
Ana Paulina Valencia