Fue el mismo 5 de febrero, día en que Tom Brady conquistaba el Súper Tazón con los Patriotas de Nueva Inglaterra, que se interpuso la demanda por robo tras no encontrar el jersey con el que había sido campeón.

Las autoridades estadounidenses comenzaron a trabajar en conjunto, hasta llegar a la vergonzosa historia de que un “periodista” mexicano había  sido el culpable.

El reporte de robo que hizo el mariscal de campo de los Pats en el Departamento de Policía de Houston, ciudad que albergó la edición LI del SuperBowl, detalla el valor del artículo.

Después de un mes y medio de búsqueda, por fin se localizó el jersey robado a Tom Brady… en manos de un periodista mexicano.

La NFL informó el hallazgo de la indumentaria con la cual el mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra ganó la edición LI del Super Bowl, el pasado 5 de febrero, la cual fue presuntamente sustraída de los camerinos del NRG Stadium posterior al partido por Martín Mauricio Ortega Camberos, exdirector del diario La Prensa.

Ir a la Casa Blanca y saludar al presidente de los Estados Unidos no es algo que le interese a tres jugadores de los Patriotas de Nueva Inglaterra.

Ya se sabía que Martellus Bennett no acudiría a la visita que harán los campeones de la NFL para presentarle el trofeo Vince Lombardi al mandatario Donald Trump.

Bennett está en contra de las políticas de migración del presidente estadounidense, pero esta semana se le han unido más compañeros.

Devin McCourty y Donta Hightower tampoco asistirán a este evento en el que años anteriores nadie se quería perder.

Bill Belichick y Tom Brady, un binomio de oro que se convirtió en leyenda. Después de la victoria el domingo en Houston, en el Super Bowl LI, Patriotas de Nueva Inglaterra ha entrado al libro de los récords de la NFL al confirmar su propia dinastía y superar a otras no menos importantes.

Porque sobre el emparrillado del NRG Stadium la franquicia de Massachussets dio un golpe de autoridad a la historia, al sumar su quinto trofeo “Vince Lombardi” en pleno siglo XXI y colocar la “cereza en el pastel” a una generación de ensueño.

El juego tendrá miles de emociones, pero fuera del mismo generará millones de billetes.

La edición LI del Super Bowl causará ingresos de casi mil millones de dólares por concepto de derrama económica y anuncios publicitarios de la televisión, además del impacto mediático que cause en las redes sociales.
Juan Reyna Loa