Hace cuatro años a la ceremonia de clausura de los Juegos de Beijing 2008 se cerró uno de los capítulos más extraordinarios en la historia del deporte universal. Finalmente China, que se había abierto al mundo en 1972, conste que esto no es la Edad Media, ni el Renacimiento, ni mucho menos el siglo 19, nos abría sus puertas. En aquella ocasión el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger realizó un juego especial para el acercamiento diplomático de dos mundos que por mucho tiempo estuvieron tan distantes como la Tierra de Júpiter.
Alfredo Domínguez Muro