Pero para que el “Canelo” pudiera ganar este combate necesitaba solamente una vía, la del nocaut. Sabía esto y también que tenía que apostar ante el mejor boxeador del mundo. Saúl no es boxeador, Floyd Mayweather Jr. sí lo es. No estoy diciendo que el “Canelo” no tenga esta profesión, estoy diciendo que boxear es el arte de la defensa y el ataque, es el arte de moverse, como los jabs que colocaba Mayweather para que el “Canelo” estuviera a distancia.

Y no es hacer leña del árbol caído como está ocurriendo por todos lados con la salida de “Chepo” de la Torre y su cuerpo técnico, a quienes durante 2011 y 2012 colocamos en los cuernos de la luna, para, como ocurre con los técnicos nacionales, enseguida sacarlos a palos y hasta apedreados y siempre por la puerta de atrás, en esta desafortunada costumbre de pegarle al que se va y subir al pedestal de inmediato al que llega. 

Hoy que las voces de todos niveles se levantan señalando y acusando a la actual administración de la Femexfut que preside Justino Compeán, por el enorme fracaso en el que se ha convertido esta eliminatoria, la cual comenzó con aquel discurso de “tendríamos que pasar caminando”, “la Concacaf nos queda chiquita”, “hay que buscar otros horizontes”, “el quinto partido es nuestro objetivo”, “otra vez somos el gigante de Concacaf”, y todas las frases  parecidas que se dieron en los recientes dos años después de los excelentes veranos futboleros del 2011 que nos entregó en el arranque del pro

Panamá nuestro único rival

Vamos pisando tierra, este hexagonal se reduce desde la noche del viernes a un solo partido, el del próximo 11 de Octubre en el Azteca con Panamá, en el que nos jugaremos todo a una carta, alcanzar el repechaje para ir al otro lado del mundo a partirnos la madre con Nueva Zelanda por el boleto de reintegro que la FIFA nos regaló, paradojicamente, a Concacaf por las buenas actuaciones de México y vecinos en los últimos mundiales.  

Conste que nos lo avisaron

Después de que la calabaza se convirtió en carroza con la medalla de oro de los Juegos Olímpicos  de Londres 2012 colgada al cuello, el Tri de mi corazón ha sufrido una baja de juego escandalosa que comenzó con algunos avisos repartidos por aquí y por allá en los juegos moleros con rivales a modo para que los nuestros se lucieran. Al tiempo que los federativos regresaban cargados de bolsas de oro para acumularlos en la gran bodega al estilo Rico McPato.