El Papa Francisco dijo ayer a miles de empleados y diplomáticos de la ONU que es una “extraña paradoja” que la comida no pueda llegar a aquellos que sufren por la guerra, pero en cambio las armas sí llegan.
El Pontífice visitó por primera vez las oficinas del Programa Mundial de Alimentos, la agencia de Naciones Unidas que provee ayuda a 80 millones de personas en unos 80 países en el mundo.
El Papa frecuentemente busca atraer la atención hacia los refugiados, los pobres y los hambrientos y ha hecho de la seguridad alimenticia una de las piedras angulares de su papado.
Fiel a su estilo, el Papa Francisco no escatimó sus palabras y criticó a las potencias occidentales por intentar exportar su propia “marca” de democracia a países como Irak y Libia, sin respetar culturas políticas indígenas.
En entrevista con el periódico católico francés La Croix, Francisco también dijo que Europa debería integrar mejor a los migrantes y celebró la elección de un musulmán como nuevo alcalde de Londres.
El “regaño” del Papa Francisco a los obispos en la Catedral Metropolitana sí caló. Ayer, la Arquidiócesis Primada de México con su semanario Desde la fe criticó el trato que se le ha dado en los medios a las frases del Papa.
Señaló que fue la frase “Pelear como hombres” la que repercutió entre los comunicadores —empujados más por el histrionismo mediático que por el profundo significado de las palabras— como de un fuerte regaño a los pastores.
Indigo Staff