El disco debut más ovacionado hace un par de semanas en el Reino Unido bien podría haber sido grabado en 1958.
Sus canciones parecen haber sido grabadas en una época mono previa a la explosión multicolor de The Beatles. Eso es gran parte del encanto de Jake Bugg, un joven cantautor que por edad debería ser contemporáneo de Justin Bieber (es tan solo un día mayor que el canadiense), pero por sonido parece más serlo de Buddy Holly y… (¡gulp!) Bob Dylan.
Esteban Castro