Por más que el Municipio de Escobedo trate de aparentar legalidad, nomás no se perciben así sus acciones.
Primero la autoridad municipal actual fue la culpable de que el casino Malibú, de Raúl Rocha Cantú, reabriera sus puertas.
Le permitieron a empleados del centro de apuestas hacer unas modificaciones en el inmueble para recomponer un aspecto de su construcción que incumplía con el Reglamento de Desarrollo Urbano, lo cual fue motivo de la clausura.
Y luego el alcalde César Cavazos salió a decir: “Ni un casino más”.
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