La fuga de Eduardo Bailey, exdirector de Isssteleon, puso a más de un integrante del gabinete del gobernador Jaime Rodríguez a temblar sobre el “pitazo” que recibieron Jorge Domene y Pedro Morales Somohano de las órdenes de aprehensión que la Fiscalía Anticorrupción giró en su contra.
El procurador Bernardo González tuvo que salir a asegurar que no fue abogado de Morales Somohano, en el caso de las placas del Instituto de Control Vehicular, sino que sólo fue asesor del ahora prófugo de la justicia.
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